Los "Proverbios"
ofrecen mucha inspiración cuando se trata de limpieza y organización
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Es
difícil llevar a cabo la limpieza todos los días: limpiar los mismos platos, el
mismo suelo, la misma ropa… día tras día… ¡Hay tantas otras cosas que
preferiríamos estar haciendo!
Recientemente,
mientras doblaba la misma camiseta que doblé hacía dos días, un versículo de la
Biblia vino a mi mente:
“Atenta
a las actividades de su mundo, no es de aquellas que comen sin trabajo”. Este
versículo es del libro de los Proverbios 31, 27
En
medio a mi reclamo mental, el versículo me ayudó a sentirme bendecida por tener
la ropa de mi familia para arreglar, porque si no tuviera esa ropa, no tendría
familia.
Si
lees los 22 versículos de Proverbios 31, puedes pensar que nunca llegarás a ser
esa mujer con tu agenda y tu vida agitada. La mujer de los Proverbios está
descrita como “una bendición para los otros”, “llena de virtud”, “alegre”,
“productiva” y “nunca pierde el tiempo que se le ha dado en esta tierra”. Cito
sólo lo que me deja cansada.
Pero
Proverbios 31 no debe ser interpretado como una descripción de trabajo para las
mujeres, sino una fuente de sabiduría que contiene lecciones aún más relevantes
para nuestros días.
Porque
el mundo, nuestra cultura y la forma como compartimos el trabajo doméstico han
cambiado mucho. Los hombres también participan de estas tediosas tareas del
hogar. ¡Y los hijos, por qué no!
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los platos) mejora la vida de pareja
Aún
así, Proverbios 31 puede seguir siendo fuente de inspiración para organizar la
casa con alegría.
Personalmente
a la hora de ponerme con las tareas del hogar, estas tres cosas me ayudan
mucho:
1 – Leer, cuidar, rezar
Leer
un versículo de Proverbios 31, 10-31 antes de iniciar mi rutina diaria me ayuda
a reflexionar sobre a lo largo del día. Mientras me encargo de alguna tarea y
respondo a las necesidades de mi familia. Así, mientras cuido de los que más me
importante en esta vida aprovecho para rezar por ellos.
No
pienso ya en el tiempo que invierto en cada tarea o recado, ni en la próxima
cosa que tengo que hacer. De esta manera evito apresurarme para terminar cuanto
antes.
San
Benito dijo: “La ociosidad es enemiga del alma”. Eso no implica
que no me permita ver la televisión de vez en cuando, pero quiero evitar
que se convierta en un hábito que aumentará en mí la sensación de inutilidad.
Intento mantener la mente limpia y la atención en la tarea que estoy haciendo
en ese momento.
Mi
recomendación personal es Proverbios 31, 25:
“Se
viste de fuerza y dignidad, sonríe ante el día de mañana”
No
me avergüenzo al decir que ese versículo me hizo sentir como una súper
mujer.
2 – Con música
Tú
tienes canciones favoritas, ponlas para motivarte. Escuchar algunas de mis
canciones favoritas de los años 80 y 90 me transporta en el tiempo y me da una
sensación de completa felicidad que ni las tareas más pesadas me logran quitar.
3 – Poner atención a todos
los objetos
Muchas
veces descuidamos nuestras bendiciones – nuestra familia, nuestra casa. También
descuidamos elementos que acumulan polvo y suciedad semana tras semana en un
esfuerzo por concentrarnos en lo obvio, en lo básico. Da valor a los objetos
que tienes en casa y cuida bien de ellos.
Starla
Hester
Fuente:
Aleteia