Predicar
en las calles y en los barrios y llevar a los alejados una palabra de ánimo.
Este fue el mensaje que el Papa Francisco ofreció a los miembros de la Familia
de la Preciosísima Sangre durante un encuentro en el Vaticano
El Papa Francisco en la Plaza de San Pedro. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
“Es
importante ser personas valientes, construir comunidades valientes que no
tengan miedo de tomar partido por los valores del Evangelio y la verdad sobre
el mundo y sobre el hombre”.
Francisco
invitó a “tocar la vida de las parroquias y de los barrios, a no dejar
indiferentes, sino a incidir, transformando el corazón y la vida de las
personas”.
También
pidió atención “especialmente a los alejados”. “En vuestra misión estáis
llamados a llegar a todos, a haceros entender por todos, a ser ‘populares’
usando un lenguaje gracias al cual todos puedan comprender el mensaje del
Evangelio”, afirmó.
“Esforzaos
por ser imagen de una Iglesia que camina por la calle, entre la gente, también
arriesgando en primera persona, compartiendo las alegrías y fatigas de los que
os encontráis”.
El
Papa recordó además que “desde los inicios del cristianismo, el misterio del
amor de la Sangre de Cristo ha fascinado a muchas personas”.
“Dios
ha elegido el signo de la sangre, para que ningún otro signo así elocuente para
expresar el amor supremo de la vida donada a los otros. Esta donación se repite
en cada celebración eucarística, en la cual se hace presente, junto con el
Cuerpo de Cristo, su Sangre preciosa, la Sangre de la nueva y eterna Alianza,
derramada por todos en remisión de los pecados”.
Francisco
animó a realizar “obras de misericordia” y a “tener cuidado en los que podrían
ser ayudados en sus sufrimientos morales y físicos y en lugar de ellos son
dejados languidecer a los márgenes de una sociedad del consumo y de la
indiferencia”.
El
Papa les pidió prestar especial atención a “la valentía de la verdad, la
atención a todos” y “la capacidad de fascinar y comunicar”.
“El
Evangelio y el Espíritu Santo suscitan palabras y gestos que hacer arder los
corazones y los ayudan a abrirse a Dios y al prójimo”, añadió.
Fuente:
ACI Prensa