El mayor peligro de la Iglesia es siempre su poder
y mi mayor peligro es creer que tengo derecho a algo
Miles
de fieles y peregrinos, desafiando el calor de la Ciudad Eterna, se dieron cita
a mediodía en la Plaza de San Pedro para escuchar el comentario del Obispo de
Roma al Evangelio del este XV domingo del tiempo ordinario y para rezar con el
Santo Padre la oración mariana del Ángelus
El
Bautismo nos hace misioneros. De ahí que “un bautizado que no siente la
necesidad de anunciar el Evangelio, de anunciar a Jesús, no es un buen
cristiano”.
Lo
dijo el Papa Francisco al comentar el pasaje evangélico de San Marcos que
relata el momento en que Jesús envía a los Doce en misión. Una especie de
“práctica” – dijo el Obispo de Roma – de lo que harán tras la Resurrección del
Señor con el poder del Espíritu Santo”.
El estilo misionero tiene
su centro en Jesús
Y
explicó que el evangelista se detiene en el “estilo del misionero”, cuyo centro
es Jesús y cuyo rostro es la pobreza de los medios. El Santo Padre afirmó
asimismo que este episodio nos implica también a nosotros, y no sólo a los
sacerdotes, sino a todos los bautizados, llamados a testimoniar, en los
diversos ambientes de su vida, el Evangelio de Cristo.
“El
bastón y las sandalias – recordó Francisco – son la dotación de los
peregrinos”, puesto que así son los mensajeros del reino de Dios, quien quiere
que vayamos por el mundo predicando libres y ligeros. Por eso afirmó que los
misioneros no son “managers omnipotentes, ni funcionarios inamovibles o divos
de gira”.
Misión auténtica a partir
de su centro inmutable
De
manera que también para nosotros esta misión es auténtica sólo a partir de su
centro inmutable que es Jesús. Y añadió que no se trata de una iniciativa
individual de los fieles o de los grupos, puesto que es la misión de la
Iglesia, unida inseparablemente a su Señor. De manera que ningún cristiano
anuncia el Evangelio “por cuenta propia”, sino sólo enviado por la Iglesia “que
ha recibido el mandato del mismo Cristo".
El
Papa también saludó a los fieles y peregrinos procedentes de Italia y de otros
países, entre los cuales a un grupo de jóvenes polacos de la Diócesis de
Pelplin, que participan en un curso de ejercicios espirituales en Asís. A
todos, como es costumbre deseó feliz domingo y buen almuerzo; a la vez que
reiteró que no se olviden de rezar por él.
María
Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
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