El
odio por la Iglesia Católica viene desde todos los frentes y uno de estos
ataques, el que dice que la Iglesia Católica es corrupta, inmoral y plagada de
delitos, es el más típico
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Mis
tweets deben haberse retwitteado a una audiencia poco comprensiva porque luego
apareció una respuesta que decía que cualquier persona que tuviera conciencia
debería dejar de pertenecer a la "Iglesia católica corrupta, inmoral y
llena de delitos".
Me
parece curioso que en esta ola anti-católica los nuevos ateos y los viejos
fundamentalistas recurran a muchos de los mismos ataques a la religión
católica. El odio por la Iglesia Católica viene desde todos los frentes y uno
de estos ataques, el que dice que la Iglesia católica es "corrupta,
inmoral y plagada de delitos", es el más típico.
Nadie
se detiene a pensar que ningún católico entendido discute que haya inmoralidad,
delitos y corrupción en la Iglesia Católica. Lo hemos sabido
siempre. De hecho, el mismo Señor Jesucristo dijo que las ovejas y las
cabras estarían mezcladas y que el trigo y la paja crecerían en el mismo
terreno. De hecho, entre los santos apóstoles hubo algunos que eran menos
que santos. Judas fue un traidor que vendió al Señor y su alma por una
bolsa de dinero y que luego se ahorcó. Pedro fue un traidor elocuente,
Tomás, un escéptico timorato, Pablo, un hombre violento e ignorante y un
cómplice de asesinato. La lista podría continuar.
Claro
que hay inmoralidad, corrupción y delito en la Iglesia Católica. ¿Qué
esperaban? ¿Una secta rigurosa de blancos hacedores de buenas obras,
sonrientes, de prolijo peinado, con zapatos lustrados y corbata, repartiendo
folletos del Evangelio? ¿Qué esperaban? ¿Un grupo de agradables ancianas
que hornean galletas y administran un comedor de beneficencia? ¿Qué
esperaban? ¿Un grupo de activistas sinceros que bregan por un mundo
políticamente más correcto para todas las personas por las que se debería
sentir lástima? Seguramente encontrarán grupos de hacedores de buenas
obras como esos, pero no será la Iglesia Católica, sino más bien una suerte de
secta aterradora en la que no querrían participar si tuvieran la oportunidad.
Por
el contrario, en la Iglesia Católica -como en cualquier grupo de seres humanos-
encontrarán a los buenos y a los malos todos mezclados. Encontrarán la
agonía y el éxtasis -la alegría y la pena-, al pecador y al santo, y ¿acaso no
es eso lo que esperarían encontrar si estuvieran en la búsqueda de una religión
auténtica? ¿No es eso lo que encuentran cuando leen el Antiguo
Testamento? ¿No es eso lo que encuentran cuando leen la historia de la
humanidad? ¿No es eso lo que encuentran cuando estudian su propio árbol
genealógico? ¿No es eso lo que encuentran cuando se miran al espejo?
Entonces,
no me preocupa realmente si la Iglesia católica está llena de delitos y
corrupción y de una buena cantidad de pecadores, sino que me hace sentir como
en casa.
La
razón por la que amo a la 'Iglesia Católica corrupta y llena de delitos' es, en
primer lugar, que todos admitimos que es así; segundo, que lamentamos que sea
así; y tercero, que estamos intentando hacer algo al respecto. La Iglesia
Católica puede ser corrupta y estar llena de delitos, pero la Iglesia Católica
también es la única institución que puede hacer algo al respecto. Claro
está que la Iglesia Católica está llena de pecadores del mismo modo que un
hospital está lleno de enfermos. El Señor no llama a los rectos, sino a
los pecadores para que se arrepientan, y por ser esto así, deberíamos esperar
que sean los pecadores los que respondan a la llamada, que entren a casa para
resguardarse del frío y pregunten qué se necesita para que las cosas mejoren.
No
estamos todos contentos con el delito, el pecado y la corrupción que hay en la
Iglesia católica, pero no podemos imaginar ninguna otra iglesia distinta.
Los católicos somos una obra en curso y los que reconocemos que somos pecadores
nos sentimos cómodos con las otras personas que también continúan trabajando en
ello. Como un grupo de alcohólicos anónimos: "Hola, mi nombre es
Dwight. Soy un pecador". Entonces, no me preocupa realmente si la
Iglesia Católica está llena de delitos y corrupción y de una buena cantidad de
pecadores, sino que me hace sentir como en casa.
Los
que me preocupan son aquellos que tienen pretensiones de superioridad moral y
que culpan a la Iglesia por eso. ¿Piensan realmente que son tanto mejores
que los demás? ¡Caramba! Esas son las personas que me ponen los
pelos de punta y no los tristes pecadores que se sientan en los bancos de la
Iglesia semana tras semana. Al menos ellos saben que necesitan
ayuda. ¿Y los que piensan que no necesitan ayuda? Sí, esos son limpísimos
zombis que me dan escalofríos.
Por:
Dwight Longenecker






