“El
poder de San José. Nunca, nunca dijo que no. Debemos tomar ejemplo de esto”,
añadió Francisco este 31 de agosto
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| El Papa Francisco junto con los Misioneros Oblatos. Foto: Vatican Media |
El
Papa Francisco recibió este viernes en audiencia a los participantes en el
Capítulo General de los Oblatos de San José, con quienes compartió una breve
oración que reza todos los días al padre adoptivo de Jesús.
“Me
gusta San José. ¡Tiene tanto poder! Desde hace más de 40 años recito una
oración que encontré en un antiguo misal francés que dice: San José ‘cuyo poder
hace posibles las cosas imposibles’”, compartió el Papa.
“El
poder de San José. Nunca, nunca dijo que no. Debemos tomar ejemplo de esto”,
añadió Francisco este 31 de agosto.
El
Pontífice recordó que “Dios se sirve de todos, con preferencia por los más
pequeños y humanamente desprovistos, para implantar y hacer crecer su Reino”.
En
este sentido, deseó a los oblatos que “la perspectiva de servir a Jesús en la
Iglesia y en los hermanos, con particular atención a los jóvenes y a los más
humildes, pueda siempre caracterizar vuestra vida y vuestra alegría”.
“Por
lo tanto, os animo a continuar viviendo y trabajando en la Iglesia y en el
mundo con las virtudes sencillas y esenciales del esposo de la Virgen María: la
humildad, que atrae la benevolencia del Padre; la intimidad con el Señor, que
santifica toda obra del cristiano; el silencio y la discreción, unidas al celo
y a la laboriosidad en favor de la voluntad del Señor”.
Francisco
también destacó que “frente a una cultura superficial que resalta la posesión
de bienes materiales y promete la felicidad por medio de peligrosos atajos,
vosotros no dudáis en animar a los jóvenes a fortalecer el espíritu y a formar
una personalidad madura capaz de mostrar fuerza, pero también ternura”.
“La
alegría más grande es hablar a los jóvenes de Jesucristo leyendo con ellos el
Evangelio, situándolo en el contexto de la vida. Este es el mejor camino para
construir un futuro más sólido”.
Asimismo,
el Pontífice quiso dedicar unas palabras con motivo del Capítulo General, y
recordó que el Capítulo General de un Instituto de Vida Consagrada “es un
momento especial de gracia, para sus miembros y para su comunidad, por
supuesto, pero también para la de los demás, para muchas realidades eclesiales,
parroquias, familias, asociaciones de laicos…”.
Fuente:
ACI Prensa






