13.9.18

ERA EL PRESO MÁS PELIGROSO: LE BAUTIZARON ESPOSADO Y FUE MONJE EN SU CELDA SUBTERRÁNEA DE 9 PUERTAS

El monje que preparó espiritualmente a Clayton Fountain no habría dudado en compartir su celda: se fiaba totalmente de él y de la sinceridad de su conversión

Clayton Fountain (1955-2004) murió de un ataque al corazón, a los 48 años de edad, en una prisión federal especial de Springfield (Missouri), en una celda construida especialmente para él. Había sido dado por incontrolable, tras varios asesinatos cometidos en prisión

Fue en ese escenario improbable donde tuvo lugar la impresionante conversión que cuenta Angelo Stagnaro en el National Catholic Register, donde ha entrevistado al padre Paul Jones, monje cisterciense que le guió espiritualmente al bautismo, y luego a una modalidad de compromiso monacal que causa asombro: 

La historia del asesino que se convirtió en monje

En el siglo XII, San Bernardo de Claraval, en una ocasión, rescató a un asesino que estaba siendo llevado al patíbulo. Cuando le preguntaron sobre la sensatez de esta decisión, el santo replicó: "Le mataré yo mismo". Con ello, Bernardo quería decir que destruiría al falso hombre en que había querido convertirse el asesino. Con la muerte de su falso yo, el hombre real podría emerger y prosperar en paz en los amorosos brazos de Dios.

A San Francisco de Asís le gustaba recordar a la gente: "He sido un impío. Y si Dios puede actuar a través de mí, puede hacerlo a través de cualquiera". (Con el debido respeto a uno de mis santos favoritos: él era, después de todo, San Francisco de Asís. ¿Cuánto de malo podía ser?)

Algunas historias santas son más extrañas que otras. Algunas fuerzan la credulidad del creyente más ardiente y lleno de gracia. Esta es una de esas historias. La diferencia es que es total e indiscutiblemente verdadera.No hay apariciones. No hay ciegos que recuperan la vista o sordos que recuperan el oído. Pero sí hay un hombre muerto que camina.

Es una historia de redención que hace que el corazón cristiano más leal y lleno de fe se enderece y preste atención. A veces, los milagros realmente suceden. Es la historia de conversión de un corazón a una escala que no tiene precedentes, que era casi sin esperanza. Como Darth Vader al final de El Retorno del Jedi.

Clayton Anthony Fountain (1955-2004) fue un preso federal, miembro de la Hermandad Aria y asesino convicto. Nació en el hospital militar de los Estados Unidos de Fort Benning, Georgia. Era el mayor de seis hermanos (tenía otro hermano y cuatro hermanas). Su padre, Clayton Raleigh Fountain, llevó la vida nómada de un soldado de carrera, por lo que la familia se trasladaba cada año y medio o dos años. 

Su padre sirvió en el campo de batalla durante las guerras de Corea y Vietnam y, mientras su madre trabajaba, Clayton, al ser el mayor de los hijos, se ocupaba de todo: cocinaba, planchaba, servía, limpiaba y cuidaba de sus hermanos. 

Con 19 años, Fountain entró en los Marines y fue enviado a Filipinas. En 1974, cuando acababa de alistarse, fue acusado de asesinar a su sargento. Fue sentenciado a cadena perpetua y enviado a Leavenworth/Marion, en los Estados Unidos, la mayor cárcel de seguridad del país en esa época.

En 1983 asesinó estando en la cárcel a tres prisioneros y a un oficial de prisiones con un cuchillo casero. Se le etiquetó como el "prisionero más peligroso" del sistema federal y el FedMed le atribuyó el estatus de "persona sin contacto humano", condenándole a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Fue trasladado al Medical Center for Federal Prisoners (Centro Médico para Prisioneros Federales) de los Estados Unidos en Springfield (Missouri), donde vivió en una unidad de aislamiento especialmente construida para él.

Sólo podía tener contacto con personal autorizado. Estuvo los siguientes veinte años en aislamiento total.

En los últimos años de su vida Clayton se convirtió al catolicismo, hizo varios cursos de formación, sobre todo en Teología y disciplinas afines, y se asoció a la orden trapense de los monjes cistercienses de Ava, en Missouri, que lo aceptaron como hermano laico.

El padre Paul W. Jones, OCist, fue el sacerdote que llevó su alma a Cristo. Más tarde, escribió su experiencia con Clayton Fountain y su increíble transformación espiritual en su libro, A Different Kind of Cell: The Story of a Murderer Who Became a Monk.

Fuente: ReL

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