El monje que preparó espiritualmente
a Clayton Fountain no habría dudado en compartir su celda: se fiaba totalmente
de él y de la sinceridad de su conversión
Clayton
Fountain (1955-2004) murió de un ataque al corazón, a los 48 años de edad, en
una prisión federal especial de Springfield (Missouri), en una celda construida
especialmente para él. Había sido dado por incontrolable, tras varios
asesinatos cometidos en prisión
Fue en ese
escenario improbable donde tuvo lugar la impresionante conversión que cuenta Angelo
Stagnaro en el National Catholic Register, donde ha
entrevistado al padre Paul Jones, monje cisterciense que le guió
espiritualmente al bautismo, y luego a una modalidad de compromiso monacal que
causa asombro:
La
historia del asesino que se convirtió en monje
En el siglo
XII, San Bernardo de Claraval, en una ocasión, rescató a un asesino que
estaba siendo llevado al patíbulo. Cuando le preguntaron sobre la sensatez de
esta decisión, el santo replicó: "Le mataré yo mismo". Con ello,
Bernardo quería decir que destruiría al falso hombre en que había querido
convertirse el asesino. Con la muerte de su falso yo, el hombre real podría
emerger y prosperar en paz en los amorosos brazos de Dios.
A San
Francisco de Asís le gustaba recordar a la gente: "He sido un impío. Y
si Dios puede actuar a través de mí, puede hacerlo a través de
cualquiera". (Con el debido respeto a uno de mis santos favoritos: él era,
después de todo, San Francisco de Asís. ¿Cuánto de malo podía ser?)
Algunas
historias santas son más extrañas que otras. Algunas fuerzan la credulidad del
creyente más ardiente y lleno de gracia. Esta es una de esas historias. La
diferencia es que es total e indiscutiblemente verdadera.No hay apariciones. No
hay ciegos que recuperan la vista o sordos que recuperan el oído. Pero sí
hay un hombre muerto que camina.
Es una historia
de redención que hace que el corazón cristiano más leal y lleno de fe se
enderece y preste atención. A veces, los milagros realmente suceden. Es la
historia de conversión de un corazón a una escala que no tiene precedentes, que
era casi sin esperanza. Como Darth Vader al final de El Retorno del
Jedi.
Clayton
Anthony Fountain (1955-2004) fue un preso federal, miembro de la
Hermandad Aria y asesino convicto. Nació en el hospital militar de los
Estados Unidos de Fort Benning, Georgia. Era el mayor de seis hermanos (tenía
otro hermano y cuatro hermanas). Su padre, Clayton Raleigh Fountain, llevó
la vida nómada de un soldado de carrera, por lo que la familia se trasladaba
cada año y medio o dos años.
Su padre
sirvió en el campo de batalla durante las guerras de Corea y Vietnam y,
mientras su madre trabajaba, Clayton, al ser el mayor de los hijos, se ocupaba
de todo: cocinaba, planchaba, servía, limpiaba y cuidaba de sus hermanos.
Con 19 años,
Fountain entró en los Marines y fue enviado a Filipinas. En 1974, cuando
acababa de alistarse, fue acusado de asesinar a su sargento. Fue
sentenciado a cadena perpetua y enviado a Leavenworth/Marion, en los
Estados Unidos, la mayor cárcel de seguridad del país en esa época.
En 1983
asesinó estando en la cárcel a tres prisioneros y a un oficial de prisiones
con un cuchillo casero. Se
le etiquetó como el "prisionero más peligroso" del sistema federal
y el FedMed le atribuyó el estatus de "persona sin contacto humano",
condenándole a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Fue
trasladado al Medical Center for Federal Prisoners (Centro Médico para
Prisioneros Federales) de los Estados Unidos en Springfield (Missouri), donde
vivió en una unidad de aislamiento especialmente construida para él.
Sólo podía
tener contacto con personal autorizado. Estuvo los siguientes veinte años
en aislamiento total.
En los últimos
años de su vida Clayton se convirtió al catolicismo, hizo varios cursos
de formación, sobre todo en Teología y disciplinas afines, y se asoció a la
orden trapense de los monjes cistercienses de Ava, en Missouri, que lo
aceptaron como hermano laico.
El padre Paul W. Jones, OCist, fue el
sacerdote que llevó su alma a Cristo. Más tarde, escribió su experiencia
con Clayton Fountain y su increíble transformación espiritual en su
libro, A Different Kind of Cell: The Story of a Murderer Who Became a Monk.