¿No
dijo Dios "no os volváis hacia los ídolos ni os hagáis dioses de
fundición?

Sin
embargo, los católicos persisten en decorar sus iglesias con numerosas
estatuas. ¿Por qué? ¿Va contra lo que Dios estableció en la Biblia?
Este
tema fue controvertido en la Iglesia primitiva, requiriendo un consejo para
resolverlo cuando algunos en la Iglesia trataron de destruir todas las imágenes
(no sólo las estatuas). Creían que cualquier imagen de Dios iba contra de las
leyes de Dios y era una forma de idolatría.
Sin
embargo, el Catecismo de la Iglesia Católica explica que “en el Antiguo
Testamento Dios ordenó o permitió la institución de imágenes que conducirían
simbólicamente a la salvación por el Verbo encarnado: la serpiente de bronce,
el arca de la Alianza y los querubines”(CCC 2130).
Con
esto en mente “el séptimo concilio ecuménico de Nicea (787) justificó … la
veneración de los iconos – de Cristo, pero también de la Madre de Dios, los
ángeles y todos los santos. Al encarnarse, el Hijo de Dios introdujo una nueva
“economía” de imágenes “(CCC 2131).
Desde
entonces, la Iglesia ha enseñado que la “El culto cristiano de las imágenes no
es contrario al primer mandamiento que proscribe los ídolos. En efecto, “el
honor dado a una imagen se remonta al modelo original”, “el que venera una
imagen, venera al que en ella está representado”. El honor tributado a las
imágenes sagradas es una “veneración respetuosa”, no una adoración, que sólo
corresponde a Dios” (CCC 2132).
La
principal diferencia entre los paganos que adoran a ídolos y los cristianos que
veneran estatuas radica en la intención de la persona. Los cristianos que oran
ante las estatuas lo hacen para honrar a Dios o los santos, rezando a la
persona “detrás” de la imagen en lugar de a la imagen misma.
Un
cristiano no está ligado a la estatua. Si la estatua es destruida, su fe no
vacila ni cesa. Es simplemente una representación de Dios (o un santo) y es un
objeto material.
Un
pagano, en cambio, está atado a la estatua y cree que Dios está dentro de la
imagen particular. Adora a la estatua creyendo que tiene gran poder. Destruir
tal imagen en una religión pagana es una de las ofensas más altas posibles.
Como
señala el Catecismo, los cristianos no “adoran” la estatua, sino la “veneran”.
La adoración está reservada sólo a Dios. Si alguien orara a la estatua o adorara
la estatua, estaría cometiendo idolatría, pero esto no es lo que la Iglesia
católica enseña a sus miembros a hacer.
La
Iglesia enseña a los cristianos a venerar las estatuas, reconociendo que
apuntan a una realidad oculta y espiritual que no está limitada por la
representación.
Otra
forma de decirlo es que las estatuas son especiales recordatorios de varios
santos y de Dios. Nos recuerdan cosas celestiales y apuntan nuestras almas a la
Trinidad. Las estatuas son herramientas, instrumentos para ser utilizados en la
vida espiritual y no fines en sí mismos.
Así,
aunque pueda parecer que los católicos están adorando estatuas, no es así.
Están usando estatuas, como Dios lo permite, como imágenes que apuntan
“simbólicamente hacia la salvación por el Verbo encarnado”.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia