Con el dinero que se recauda de las bendiciones se ayuda a distintas personas como indigentes, pobres o a quienes lo necesiten
La
Limosnería Apostólica es el organismo vaticano que se encarga de ejercer “a
nombre del Santo Padre el servicio de asistencia a los pobres y depende
directamente de él”.
El
Limosnero de Su Santidad, el Cardenal polaco Konrad Krajewski, también es
delegado por el Papa para conceder las bendiciones apostólicas por medio de un
diploma en pergamino.
La
historia de la Limosnería se remonta al pontificado del Papa Inocencio III, que
guió a la Iglesia entre los años 1198 y 1216. En una de sus bulas ya se le
menciona como algo que ya existía previamente.
Fue
el Beato Gregorio X, Papa entre 1271 y 1276, quien estableció las
responsabilidades del Limosnero; y fue Alejandro V quien en 1409 reguló las
formalidades y las normas de la Limosnería.
El
Papa León XIII fue quien, en el marco de la recaudación de fondos para las
obras de caridad, delegó al Limosnero la facultad de conceder las bendiciones
apostólicas.
Con
el dinero que se recauda de las bendiciones se ayuda a distintas personas como
indigentes, pobres o a quienes lo necesiten.
El
Limosnero Apostólico tiene la dignidad de Arzobispo y hace parte de la Familia
Pontificia. Como tal hace parte de las celebraciones litúrgicas y en las
audiencias oficiales del Santo Padre.
El
Papa Francisco decidió crear cardenal al actual Arzobispo Limosnero para
subrayar aún más la misión que tiene y la importancia que el Santo Padre da a
la labor que realiza.
Por
medio del Limosnero, el Pontífice ha colocado baños y duchas para los sin techo
en la Plaza de San Pedro, ha llevado a miles de pobres al circo, ha compartido
comidas con los más necesitados de Roma; entre muchas otras obras de caridad.
Traducido
y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI
Stampa.
Fuente:
ACI