No es un sacramento sólo para aquellos
que están a punto de morir, también se aplica en señal de peligro debido a una
enfermedad o la vejez
1.- ¿Qué es el
Sacramento de la Unción de los enfermos?
Es
uno de los siete sacramentos del Nuevo Testamento instituido por Cristo, al cual
alude Marcos (6,13):
"También
expulsaron muchos demonios, y curaron a muchos enfermos poniéndoles
aceite".
La
Iglesia cree y confiesa que, entre los siete sacramentos, existe un sacramento
especialmente destinado a reconfortar a ;los atribulados por la
enfermedad: la Unción de los enfermos.
2.- ¿Cómo se celebra?
Como
en todos los sacramentos, la Unción de los enfermos se celebra de forma litúrgica
y comunitaria, que tiene lugar en familia, en el hospital o en la iglesia, para
un solo enfermo o para un grupo de enfermos. Si las circunstancias lo permiten,
la celebración del sacramento puede ir precedida del sacramento de la Penitencia
y seguida del sacramento de la Eucaristía, el «viático» para el paso a la ;vida
eterna.
Este
sacramento se les administra a los gravemente enfermos ungiéndolos en la frente
y en las manos con aceite de oliva debidamente bendecido, pronunciando una sola
vez estas palabras:
"Por
esta santa unción, y por su bondadosa misericordia te ayude el Señor con la
gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la
salvación y te conforte en tu enfermedad"
Sólo
los sacerdotes (obispos y presbíteros) pueden administrar este sacramento.
3.- ¿Este sacramento lo
recibe solamente los moribundos?
No
es un sacramento sólo para aquellos que están a punto de morir. El apóstol Santiago escribió en su epístola (5,14-15):
"Si
alguno está enfermo, que llame a los ancianos de la iglesia, para que oren por
él y en el nombre del Señor le unten aceite. Y cuando oren con fe, el enfermo
sanará y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán
perdonados."
Los
cristianos han valorado y ;administrado este sacramento, desde los primeros
tiempos del cristianismo, no ;sólo para los que están en peligro de muerte,
sino también a la primera señal de ;peligro debido a una enfermedad o a la
vejez
4.- ¿Cuál es el mejor
momento para administrarlo?
Por
tanto, en cuanto uno de los fieles comienza a estar en peligro de muerte debido
a una enfermedad o a su vejez, ha llegado ya el momento apropiado para administrar
este sacramento.
Los
fieles deben animar a los enfermos a llamar al sacerdote para recibir este
sacramento y la comunidad debe acompañar muy especialmente a los enfermos con
sus oraciones y sus atenciones fraternas.
5.- ¿Cuáles son los
beneficios de este sacramento?
Un
don particular del Espíritu Santo. La gracia primera de este sacramento es ;una
gracia de consuelo, de paz y de ánimo para vencer las dificultades propias ;del
estado de enfermedad grave o de la fragilidad de la vejez, es un don del
;Espíritu Santo que renueva la confianza y la fe en Dios y fortalece contra las
;tentaciones del maligno, especialmente tentación de desaliento y de angustia
;ante la muerte.
Esta
asistencia del Señor por la fuerza de su Espíritu quiere conducir al enfermo a
la curación del alma, pero también a la del cuerpo, si tal es la voluntad de
Dios. Además, si hubiera cometido pecados, le serán perdonados.
Por
la gracia de este sacramento, el enfermo recibe la fuerza y el don de ;unirse
más íntimamente a la Pasión de Cristo, el sufrimiento, secuela del pecado
original, recibe un sentido nuevo, viene a ser participación en la obra
salvífica de ;Jesús. También trae alivio y fortaleza al alma del enfermo,
despertando en él una gran confianza en la divina misericordia, lo cual le
ayuda a soportar su enfermedad.
Los
enfermos que reciben este sacramento, uniéndose libremente a la pasión y muerte
de Cristo, contribuyen al bien del Pueblo de Dios.
6.- ¿Se puede administrar
más de una vez?
Si
un enfermo que recibió la unción recupera la salud, puede, en caso de nueva enfermedad
grave, recibir de nuevo este sacramento. En el curso de la misma enfermedad, el
sacramento puede ser reiterado si la enfermedad se agrava.
Es
apropiado recibir la Unción de los enfermos antes de una operación
importante. Y esto mismo puede aplicarse a las personas de edad avanzada cuyas
fuerzas se debilitan.
7.-
¿Y si el paciente está inconsciente?
Se
puede administrar aunque el paciente esté inconsciente. La Penitencia, la Santa
Unción y la Eucaristía, en cuanto viático, constituyen, cuando la vida cristiana
toca a su fin, los sacramentos que preparan para entrar en la Patria, o los
sacramentos que cierran la peregrinación.
Lamentablemente
la mayoría de los pacientes que han llegado al último día de su vida, están ya
inconscientes o demasiado enfermos para poder beneficiarse plenamente de este
sacramento. Este es el motivo por el cual se debe llamar al sacerdote mientras
el paciente gravemente enfermo todavía está consciente y puede recibir los
máximos ;beneficios del sacramento.
Es
obligación de todo cristiano prepararse del mejor modo para la muerte, y los
que rodean a un enfermo tienen el deber (que es grave), de darle a conocer su
situación peligrosa y de sugerirle la conveniencia de recibir el sacramento.
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Publicado originalmente en: Vidahumana.org
Publicado originalmente en: Vidahumana.org
Fuente: PildorasdeFe.net