El Padrenuestro, debe ser rezado por todos los que participan de la Misa, y sólo EL SACERDOTE debe elevar las manos al rezarlo
DHCatólico |
Cada
que vez que voy a Misa, hay un gesto de nosotros los fieles que me parece
significativo, el rezo del Padrenuestro, ese momento en el que elevamos
nuestras manos o tomamos las de los demás. Un acto que cuando es acompañado por
la música se vuelve emotivo dentro de la celebración de la cual todos
participamos.
Todo
esto yo lo veía y lo hacía con mucha normalidad desde muy pequeño. Hasta que un
día participando de la oración dentro de la Misa escuché cómo un amigo
reprendió a otro diciéndole: “No me tomes de la mano, eso no se debe
hacer, es anti litúrgico”. Inmediatamente al oírlo comencé a ver si alguien más
dentro de la celebración hacia lo contrario a los demás, por lo que
pregunté ¿quién estaba en lo correcto?
Después
de unos días, decidí dedicarme a resolver esta interrogante y conocer la
verdad. La celebración de la Santa Misa es un rito que está perfectamente
regulado. Cada movimiento, gesto y palabra tiene un sentido y un
significado ya establecidos. Todo esto, se encuentra dentro de la
Instrucción General del Misal Romano que, en otras palabras, es el instructivo
que dice cómo y de qué manera debe llevarse a cabo la celebración.
Dentro
de este ordenamiento litúrgico, en la parte que se refiere a la oración del
Señor, en su punto 152 dice: “Terminada Plegaria Eucarística, el sacerdote con
las manos juntas, dice la monición antes de la Oración del Señor; luego, con
las manos extendidas, dice la Oración del Señor juntamente con el pueblo”. Por
lo que podemos ver que expresamente no hay nada que indique que los fieles
deban elevar o tomarse de las manos.
Por
tanto, si bien el hacerlo no está prohibido, éste no corresponde a la Liturgia
ya establecida. Por lo que, el Padrenuestro, debe ser rezado por
todos los que participan de la Misa, incluido el sacerdote, y sólo él debe
elevar las manos al momento de esta oración. Los fieles no debemos imitar
los gestos ni repetir las palabras que sólo el sacerdote puede y debe hacer.
Entonces
pudiéramos pensar qué tiene de malo si es un signo de comunión entre todos.
Pero la realidad es que los católicos nos unimos en la Comunión, no
cuando nos tomamos de las manos, sino cuando recibimos el Cuerpo de Cristo.
El
estar en comunión con los demás no se refleja con tomarnos de la mano al rezar
el Padrenuestro, sino en el cuidado de nuestra gracia al confesarnos
continuamente, y así, prepararnos para recibir la Comunión. Participar de
la Eucaristía es la mejor muestra de nuestra unidad y comunión como católicos.
Por:
Daniel Alberto Robles Macías