En la audiencia general
del miércoles, el Pontífice explica el quinto mandamiento, según Jesús
Antoine Mekary | ALETEIA | I.MEDIA |
El
papa Francisco criticó hoy la ira, el insulto y el desprecio contra los demás
porque son también una forma de homicidio, durante la audiencia general
celebrada en el Vaticano que este miércoles, 17 de octubre de 2018, dedicó al
tema: “No matarás”, el quinto mandamiento del decálogo.
El
pontífice presidió la audiencia general en la Plaza de San Pedro y explicó el
Evangelio del día: “Hemos visto cómo a los ojos de Dios toda vida es valiosa,
sagrada e inviolable, porque somos su imagen y objeto de su amor infinito”.
Insultos como respiros
El
Papa expresó que Jesús va más allá del “no matarás” (Ex 20, 13): “Todo el
que odia a su hermano es un asesino” (1 Juan 3:15), pues todo aquel que se
encolerice contra su hermano comente una forma de asesinato y agrega que
también “el insulto y el desprecio pueden matar”.
Luego
miró directo al público presente en la Plaza: “Y nosotros estamos acostumbrados
a insultar. ¡Es verdad! Se nos viene un insulto como si fuera un respiro.
Y Jesús nos dice: Detente, porque el insulto hace daño, mata. ‘Yo desprecio
esta gente’, ésta es una forma de homicidio contra la dignidad de la persona”.
El
Papa insiste que sería “bonito” si ésta enseñanza de Jesús “entrara en la mente
y en el corazón y cada uno de nosotros dijera: ‘no insultaré más nunca a nadie’.
Sería un bonito propósito porque Jesús te dice: mira, si tu desprecias, si
tu insultas, si tu odias…esto es homicidio”.
Perdón antídoto contra
la muerte
“En
el Evangelio que hemos oído, Jesús revela un sentido aún más profundo” del
mandamiento “no matarás”. Por eso, “indica que si al presentar nuestra ofrenda
nos recordamos de haber ofendido a alguien, debemos ir antes a reconciliarnos
con esa persona”.
Luego
ha puesto un ejemplo concreto: “También nosotros cuando vamos a la misa
deberíamos tener esta actitud de reconciliación con las personas con las cuales
hemos tenido problemas, hemos pensado mal de ellas”.
“Tantas
veces”, continuó, “mientras esperamos al sacerdote que dirá misa, se chismorrea
un poco y se habla mal de los demás. ¡Pero, esto no se puede hacer! Pensemos en
la importancia del insulto, del desprecio, del odio, Jesús los pone en la línea
del homicidio”.
“¿Qué
quiere decirnos Jesús con esto?”, prosiguió, “que lo importante es el respeto a
toda la persona, no sólo a su dimensión física sino también a la espiritual,
porque la indiferencia también mata. No amar es el primer paso para
matar; y no matar, el primero para amar”.
Gestos y palabras que
matan
Por
ello, indicó que, de hecho, “para ofender la inocencia de un niño es suficiente
decir una frase inapropiada. Un gesto de frialdad es suficiente para lastimar a
una mujer. Para romper el corazón de una persona joven es suficiente negarle la
confianza. Para aniquilar a un hombre, simplemente ignóralo. La
indiferencia mata. Cada vez que expresamos desinterés por las vidas de los
demás, cada vez que no amamos, en fondo despreciamos la vida”.
Francisco
continuó así una serie de catequesis sobre los mandamientos, esta vez sobre la
parte del decálogo: ‘No matarás’, según Jesús (Mt 5, 21-24).
Así hablan los asesinos:
“es problema tuyo, no mío”
Francisco
expone la actitud del homicida de la dignidad de los demás. “En la Biblia, al principio,
leemos esa terrible frase que salió de la boca del primer asesino, Caín,
después de que el Señor le preguntara dónde está su hermano. Caín responde: “No
lo sé. ¿Soy el guardián de mi hermano?”(Génesis 4: 9). Así hablan los
asesinos: “no me concierne “, “es problema tuyo, no mío” y cosas similares.
Intentemos responder a esta pregunta: ¿somos los guardianes de nuestros
hermanos? – ¡Sí, lo somos. Somos custodios el uno del otro! Somos
los guardianes de los otros”.
Guardianes de la vida
incluyen, perdona, valorizan
“La
vida humana tiene necesidad de amor auténtico, un amor como el de Jesucristo,
lleno de misericordia, que perdona y acoge sin condiciones. No podemos
sobrevivir sin misericordia, todos tenemos necesidad del perdón”.
En
este sentido, indicó que “si matar significa destruir, suprimir o eliminar a
alguien, no matar es, en cambio, cuidar, valorizar, incluir y
perdonar a los demás”.
“Que
el Señor Jesús, Autor de la vida, nos conceda comprender que el mandamiento «no
matarás» es, ante todo, una llamada al amor y a la misericordia, una invitación
a vivir como Él, que por nosotros murió y resucitó. Santa María, Madre de la
Misericordia, nos ampare e interceda por nosotros”, sostuvo.
La
audiencia general se concluyó con el canto del Padre Nuestro en latín (Pater
Noster) y la bendición apostólica.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia