"En la Iglesia hay miles y miles de hombres y mujeres que dan la vida generosamente por Dios y por sus hermanos. Religiosos y religiosas, sacerdotes y seglares, que, llenos de amor a Dios y al prójimo, entregan cuanto tienen sin esperar nada a cambio"
En un artículo del sacerdote y escritor José Fernando Rey Ballesteros publicado en su
blog, alza la voz contra las últimas noticias y escándalos que están salpicando
a la Iglesia Católica y revierte la situación con un enfoque más positivo.
Pretende dejar claro que la Iglesia no es "el cubo de basura" que se
está reflejando en estos días, sino que es mucho más. Además, explica la razón
del celibato de los sacerdotes.
Rey
Ballesteros, autor de la web "Espiritualidad
Digital" , hacia casi un año que no escribía un post
en su blog "De
un tiempo a esta parte". Pero el pasado 27 de agosto ha querido
plasmar su determinante opinión antes los escándalos de abusos sexuales dentro
de la Iglesia Católica.
El título del artículo "El
Acusador de nuestros hermanos" comienza recordando unas palabras del
Apocalipsis en las que definen al demonio que "el acusador de nuestros
hermanos": En el libro del Apocalipsis, el Demonio es también
llamado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante Dios día
y noche (Ap 12, 10). Con razón. «Satán» significa «fiscal». Y, en el libro de
Job, Satanás tiene un puesto en la corte de Dios: precisamente, el del fiscal,
el encargado de acusar a los hijos del Altísimo".
En este sentido, alerta que no solo
hay que escuchar a los fiscales sino también a
los abogados porque "quien sólo escuchase al fiscal recibiría una versión
sesgada, y, por lo
tanto, falsa, de la realidad. Es preciso escuchar también
al abogado si se quiere conocer la verdad completa".
En esta línea arremete contra los medios de comunicación,
pero con aquellos que "tan solo se refieren a la Iglesia para mostrar los
terribles pecados de algunos sacerdotes, y lo hacen de manera insistente y
reiterativa, esos medios de comunicación están realizando la labor del fiscal
(¿cómo no ver detrás de esas campañas al «Acusador de nuestros
hermanos»?)", expone.
De estos medios señala que
"dicen la verdad, porque los hechos que destacan en sus titulares son
ciertos. Pero mienten, porque
ofrecen una imagen sesgada de la Iglesia, como si, para
mostrar mi casa, alguien se limitara a fotografiar el cubo de
basura".
"Jamás he conocido un caso de
pederastia"
"La
Iglesia es mucho más que su cubo de basura. En
la Iglesia hay miles y miles de hombres y mujeres que dan la vida generosamente
por Dios y por sus hermanos. Religiosos y religiosas, sacerdotes y seglares,
que, llenos de amor a Dios y al prójimo, entregan cuanto tienen sin esperar
nada a cambio", remarca el presbítero.
Seguidamente, expone el motivo de
su contundente post y lo hace con un plus de esperanza: "En más de veintitrés años de
sacerdocio, jamás he conocido un caso de pederastia o de
abusos sexuales por parte de ningún sacerdote de mi entorno. A gran parte de
quienes ahora leen estas líneas les sucederá lo mismo. No negamos que haya
sucedido lo que está saliendo a la luz; pero debemos gritar que eso, ni es toda
la verdad, ni es un fiel reflejo de la Iglesia que conocemos".
Vivir gozosamente el celibato
A diferencia de los que piden
abolir el celibato a causa de estos delitos por parte de clérigos y permitir
que los sacerdotes se puedan casar, Rey Ballesteros expone un argumento
diametralmente opuesto: "Cuando se culpa a la institución del celibato de
semejantes crímenes, es preciso responder que quienes los han cometido no han
sido, precisamente, personas que viviesen el celibato, sino hombres que han
traicionado al celibato. La
solución es la contraria: necesitamos sacerdotes que amen el celibato, que
lo vivan gozosamente, y que, por eso mismo, sean hombres íntegros, dueños de
sus pasiones y entregados a Dios y al prójimo con generosidad".
Hablar a grandes voces
Concluye diciendo que "no solo
basta pedir perdón porque si toda nuestra respuesta se limita a
avergonzarnos y pedir perdón, le acabaremos haciendo el juego al
Acusador".
Y ofrece un mensaje claro de lo que
hay que hacer en la Iglesia Católica: "Es preciso dar un paso más, y dejar
hablar al abogado. Es
necesario que hablemos de la Iglesia que conocemos cada uno: la que atiende a
nuestros pobres, la que perdona nuestros pecados, la que
catequiza a nuestros hijos. Es urgente que se hable, a grandes voces, de los
sacerdotes que pasan horas en el confesonario, de los clérigos que viven
entregados a sus feligreses, de los religiosos y religiosas que brillan por su
pureza y alegría. Si no sale
a la luz la belleza de la Iglesia (y esa belleza existe,
vaya si existe), estaremos participando, nosotros también, en una
mentira".
Finalmente "el mejor
desagravio: una campaña en favor de la
santa pureza, un esfuerzo decidido de cada cristiano por
borrar, con la limpieza de su castidad, la mancha repugnante con la que los
lujuriosos han empañado el brillo de la Iglesia de Cristo".
José Fernando
Rey Ballesteros
Fuente:
RiligionConfidencial