¿El Magisterio de la
Iglesia enseña algo sobre la manera correcta de vestirse en la mujer?
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Hoy les hablaré sobre dos
de las virtudes que más se han dejado de practicar en estos tiempos en nuestra
iglesia en mayor parte por las mujeres y son “el Pudor y la Modestia”. Si bien
es cierto, las modas actuales no favorecen para nada a la práctica de las
mismas, esto no debe ser excusa o justificación para olvidarlas y pensar que
ahora podemos vestirnos como nos parezca, esto es, sin respetar parámetros o
limitaciones que estas virtudes nos marcan.
Sabemos que la falta de
pudor o modestia en la mujer escandaliza más (en relación con el varón) y que
puede llevar a pecar al sexo opuesto (miradas, deseos o pensamientos impuros),
esto debido a su misma naturaleza puesto que el hombre se deja llevar más por
la vista que en el caso de una mujer.
¿Enseña el
Magisterio sobre la manera correcta de vestirse en la mujer?
Específicamente el
Catecismo no nos indica que tipo de vestido debemos usar, medidas, colores,
formas, etc. Sin embargo, si nos define en algunos numerales en que consiste el
pudor y su relación con la modestia:
2521 La pureza exige el
pudor. Este es una parte integrante de la templanza. El pudor preserva la
intimidad de la persona. Designa la negativa a mostrar lo que debe permanecer
oculto. Está ordenado a la castidad, cuya delicadeza proclama. Ordena las
miradas y los gestos según la dignidad de las personas y de su unión.
2522 El pudor protege el
misterio de las personas y de su amor. Invita a la paciencia y a la moderación
en la relación amorosa; exige que se cumplan las condiciones del don y del
compromiso definitivo del hombre y de la mujer entre sí. El pudor es modestia,
inspira la elección del vestido. Mantiene el silencio o la reserva donde se
adivina el riesgo de una curiosidad malsana; se convierte en discreción.
2523 Existe un pudor de los
sentimientos como también un pudor del cuerpo. Este pudor rechaza, por ejemplo,
los exhibicionismos del cuerpo humano propios de cierta publicidad o las
incitaciones de algunos medios de comunicación a hacer pública toda confidencia
íntima. El pudor inspira una manera de vivir que permite resistir a las
solicitaciones de la moda y a la presión de las ideologías dominantes.
También tenemos las
enseñanzas de Santos, Papas y Sacerdotes con respecto a estas dos virtudes:
San Juan Crisóstomo
Le dice a la mujer
inmodesta: «vas acrecentando enormemente el fuego contra ti misma, pues excitas
las miradas de los jóvenes, te llevas los ojos de los licenciosos y creas
perfectos adúlteros, con lo que te haces responsables de la ruina de todos
ellos»
Santo Tomás de Aquino
“El Pudor está encaminado a
favorecer la castidad”
San José María Escrivá de
Balaguer
“El pudor y la Modestia son
hermanos pequeños de la pureza”
Papa Pío XII en 1954 al
grupo de mujeres jóvenes católicas de Italia:
“Si cierta clase de vestido
constituye una ocasión grave y próxima de pecado y pone en peligro la salvación
de su alma y de la de los demás, es su deber dejarlo y no usarlo …”
Padre Antonio Royo Marín en
su libro Teología de la Perfección cristiana:
“El alma que aspire
seriamente a santificarse huirá como de la peste de toda ocasión peligrosa. Y
por sensible y doloroso que le resulte, renunciará sin vacilar a espectáculos,
revistas, playas, amistades o trato con personas frívolas y mundanas, que puedan
serle ocasión de pecado. Por la calle, sobre todo en las ciudades populosas
modernas, extremará la modestia de sus ojos para no tropezar con la procacidad
de los escaparates, la inmodestia descarada en el vestir, la licencia
desenfrenada de las costumbres”.
Padre Jorge Loring en su
libro Para Salvarte:
“El pudor se expresa en el
vestido. Por eso se cubren las partes más íntimas, que no se comparten con
cualquiera. De ahí el celo que muestra el marido o el novio por la decencia en
el vestir de su esposa o de su novia".
Padre José María Iraburu en
su obra Elogio del Pudor :
“El impudor escandaliza, es
decir, es una ocasión próxima de pecado. La vanidad y la sensualidad de la
mujer le llevan al impudor, y éste despierta fácilmente en el hombre la lujuria:
«todo el que mira a una mujer deseándola, ya adulteró con ella en su corazón»
(Mt 5, 28). Y lo mismo, mutatis mutandis, ha de decirse del hombre en relación
a la mujer. Por eso todas las formas de impudor en vestidos, palabras,
costumbres, espectáculos, libros, son un escándalo.”
Con mayor
atención al acudir al Templo
La modestia en el vestir
hay que vivirla en todo lugar pero debe prevalecer mucho más al asistir a Misa
o a diversos actos en el templo. Con respecto a esto, algunas parroquias suelen
recordar como norma al entrar qué tipo de vestimenta es adecuada y cual no.
De estas dos imágenes más
la atinada profundización de algunos Sacerdotes expertos en el tema, podemos
deducir cuales son esos límites en la vestimenta que debemos observar para no
faltar así al pudor ni a la modestia:
·
Vestidos o blusas escotadas (pecho o espalda)
·
Faldas o pantalones cortos que expongan la parte
superior de las piernas
·
Vestimenta transparente o puramente encajes
·
Vestidos o pantalones excesivamente ajustados
·
En el templo sobretodo, evitar blusas de hombros
descubiertos
El clima y el embarazo tampoco deben ser excusas
Muchas mujeres piensan que
un clima excesivamente caluroso puede ser justificación para vestirse de modo
muy ligero por tratarse de un caso excepcional. Sin embargo, recordemos que los
tiempos extremadamente cálidos han existido siempre y nuestros antepasados no
se destapaban de la manera que hoy las modas nos exigen. Las religiosas o
consagradas por ejemplo suelen vestir un hábito que les hace vivir mucho más la
modestia y aun estando en países de temperatura elevada no lo cambian por
prendas “mas ligeras”. Si bien es cierto, no se nos pide vestir como monjas
esto si es una buena forma de ver que por obediencia y amor al Señor debemos
sacrificarnos y soportar las incomodidades del clima. Además, si fuera por
seguir esta fórmula de “a cuanto mayor calor mayor destape” entonces
terminaríamos por quedarnos en ropas interiores y ese no es el caso. Por todo
ello, se puede llevar vestimenta ligera y fresca en temporadas de verano pero
siempre manteniendo los límites de la modestia.
Por otro lado, debido a la
influencia del cine o la televisión con respecto al erotismo o desnudo, se han
puesto muy de moda las fotografías de mujeres embarazadas mostrando el vientre
cuando siempre ha habido un halo de misterio que envolvía la intimidad de su
estado. Y ni que decir aquellas famosas que posan totalmente desnudas estando
también embarazadas pues según ellas intentan transmitir una imagen “natural”
de la procreación, cuando realmente lo que transmiten son mensajes cargados de
sensualidad y falta de pudor. Es por eso, que siempre se nos ha aconsejado no
seguir las costumbres o tendencias mundanas pues nos alejan de nuestra
verdadera naturaleza femenina y virtudes morales que Dios ha puesto para vivir
una vida espiritual elevada encaminada a la santidad.
El ejemplo es
la mejor enseñanza
Como experiencia personal
os contaré que llevo ya cuatro años viviendo y practicando con mayor perfección
estas virtudes así como también trato de contagiarlo en las mujeres que
conozco. Muchos de los que leen mis artículos, saben que fui mormona por un
tiempo y allí viví la modestia en el vestir aunque la doctrina sobre ello no se
basaba en principios cristianos precisamente sino más bien moralistas (algo muy
común en las sectas). Sin embargo, a mi regreso a la Iglesia Católica me di
cuenta que la mayoría de mujeres no lo practicaba y crei que la iglesia ya no
lo enseñaba así que también llegué a descuidarlo un poco. Gracias a Dios tuve
la oportunidad de ser formada en el tema con buenos Sacerdotes, libros, testimonios,
etc. y desde allí presto mayor cuidado y prudencia en mi manera de vestir. Por
eso, aconsejo también que debemos buscar formar en ello a otras mujeres con
mucha caridad cristiana pero a la vez con firmeza, buscando advertir el peligro
en el que podemos caer si nos dejamos influenciar por ideologías modernas que
solo desean aplastar la dignidad de la mujer en diferentes ámbitos.
Para terminar con este
tema, les dejaré una escritura bíblica para meditar:
“Por su aspecto se descubre
el hombre, y por su semblante el prudente. El vestir, el reír, el andar
denuncian lo que hay en él" (Eclesiástico 19, 26)
Por: Yasmín Oré
Fuente:
CatolicasVirtuosas.blogspot.com