No caer “en la tentación de un protagonismo que eclipsa vuestro compromiso y humilla la participación activa del pueblo en la oración”, pidió el Papa
El Papa Francisco a su llegada el encuentro de coros. Foto: Vatican Media |
El
Papa Francisco animó a los coros y músicos que ayudan a la oración y a la
liturgia a no dar la espalda al pueblo, y a ayudar a los fieles a la
participación activa en la oración: “a veces me da pena cuando, en algunas
ceremonias, se canta muy bien, pero la gente no puede cantar esas cosas”.
Con
vuestro canto “¡habéis despertado al Vaticano!”. Con estas palabras, el Papa
Francisco saludó a los más de 8 mil músicos y cantantes en el Aula Pablo VI del
Vaticano, presentes del 23 al 25 de noviembre en Roma para participar en el III
Encuentro Internacional de Coros, organizado por el Pontificio Consejo para la
Promoción de la Nueva Evangelización.
“Es
hermoso escuchar vuestras melodías y sentir la alegría y la seriedad con que
todos juntos dais voz a la belleza de nuestra oración”, aseguró el Pontífice.
Durante
su discurso, animó a los músicos a ser “animadores del canto de toda la
asamblea y no lo reemplacéis, privando al pueblo de Dios de cantar con vosotros
y de dar testimonio de una oración eclesial y comunitaria”.
Por
ello, les pidió no caer “en la tentación de un protagonismo que eclipsa vuestro
compromiso y humilla la participación activa del pueblo en la oración”.
“Vosotros
que habéis comprendido más profundamente la importancia del canto y de la
música, no menoscabéis las otras expresiones de la espiritualidad popular: las
fiestas patronales, las procesiones, las danzas y los cantos religiosos de
nuestro pueblo también son un verdadero patrimonio de la religiosidad que
merece ser valorado y sostenido porque es siempre una acción del Espíritu
Santo en el corazón de la Iglesia”.
En
su discurso, el Santo Padre recordó que “hace pocos días tuvo lugar el Sínodo
de los Obispos, dedicado a los jóvenes, y un tema que se trató con interés fue
precisamente el de la música”.
Francisco
recordó, en este sentido, el contenido del punto 47 del Documento Final del
Sínodo: “Es muy peculiar la importancia de la música, que representa un
verdadero y propio entorno en el que los jóvenes están constantemente inmersos,
así como una cultura y un lenguaje capaces de despertar emociones y moldear la
identidad. El lenguaje musical también representa un recurso pastoral, que
interpela en particular la liturgia y su renovación”.
Destacó
la importancia de la música en la evangelización: “vuestra música y vuestros
cantos son un verdadero instrumento de evangelización en la medida en que os
hacéis testimonio de la profundidad de la Palabra de Dios que toca los
corazones de las personas, y permite una celebración de los sacramentos,
especialmente de la Sagrada Eucaristía, que deja entrever la belleza del
Paraíso”.
Así,
pidió a los presentes que no cedan nunca “en este compromiso tan importante para
la vida de nuestras comunidades; de esta manera, con el canto dais voz a las
emociones que están en lo profundo del corazón de todos”.
“En
los momentos de alegría y de tristeza, la Iglesia está llamada a estar siempre
cerca de las personas, para ofrecerles la compañía de la fe. ¡Cuántas veces la
música y el canto hacen que esos momentos sean únicos en la vida de las
personas, porque los conservan como un recuerdo precioso que ha marcado su
existencia!”.
El
Papa destacó “las muchas tradiciones de nuestras comunidades dispersas por todo
el mundo, que muestran las formas más arraigadas en la cultura popular, y que
se convierten en una oración verdadera y propia”.
Además,
destacó que “vuestra presencia, al tiempo que resalta la internacionalidad de
vuestros respectivos países, nos hace comprender la universalidad de la Iglesia
y sus diferentes tradiciones. Vuestro canto y vuestra música, especialmente en
la celebración de la Eucaristía, evidencian que somos un solo Cuerpo y cantamos
con una sola voz nuestra única fe”.
“Incluso
si hablamos diferentes idiomas, todos pueden entender la música con la que
cantamos, la fe que profesamos y la esperanza que nos aguarda”, afirmó para
subrayar la importancia que la música tiene en la liturgia.
Finalmente,
pidió que la música “sea un instrumento de unidad para hacer eficaz el
Evangelio en el mundo de hoy, a través de la belleza que aún fascina y hace posible
creer confiándose al amor del Padre”.
Fuente:
ACI Prensa