El Pontífice recibió a la Sociedad Bíblica Americana (ABS) en
el Vaticano
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El papa Francisco aseguró que la Biblia
tiene un poder que ningún otro libro tiene, señaló que la “Palabra de Dios
es cortante” porque “penetra en lo más profundo y saca a la luz las zonas de
sombra del alma. Cavando, purifica”.
El pontífice latinoamericano ha
recibido en audiencia a una delegación de la Sociedad Bíblica Americana (ABS),
en la sala adyacente al Aula Pablo VI, este miércoles 31 de octubre 2018.
La “Biblia en
su preciosa unicidad: como palabra que, imbuida del Espíritu Santo,
dador de vida, nos comunica a Jesús que es vida (cf. Jn
14, 6) y así, hace fecunda nuestra vida”, expresó.
“Ningún otro libro tiene el
mismo poder. Mediante su palabra, conocemos al Espíritu que
la inspiró: de hecho, solo en el Espíritu Santo puede ser verdaderamente
recibida, vivida y anunciada, porque el Espíritu enseña todo y recuerda cuanto
Jesús dijo (cf. Jn 14, 26). Además, la Palabra de Dios es cortante”.
Francisco dijo que
“verdaderamente la Palabra de Dios tiene el poder de transformar la vida,
porque “es viva, eficaz y más cortante que espada alguna de dos filos; […]
escruta los sentimientos y pensamientos del corazón “(Heb 4:12)”.
Así con este pasaje de la Carta
a los Hebreos, el Papa ha querido expresar sus “mejores
deseos” a los miembros de la Sociedad Bíblica Americana, llegados a Roma para
su retiro anual, centrado precisamente “en el poder de la Palabra divina”.
El Papa señaló que la “Palabra
es viva y eficaz. En efecto, desde el principio “Dios dijo […]
y fue” (Gen 1,6-7). Y en la plenitud de los tiempos, Jesús nos ha dado palabras
que “son espíritu y vida” (Jn 6, 63)”.
“Con la palabra, Él dio nueva
vida a corazones apagados, como el de Zaqueo y al publicano Mateo, cuando “le
dijo:” Sígueme”. Y él se levantó y lo siguió “(Mt 9, 9)”.
De hecho, subrayó que la Palabra
Divina es “miel que da la dulzura consoladora del Señor,
pero también es espada que lleva una inquietud saludable
al corazón (cf. Ap. 10,10). En efecto, penetra en lo más
profundo y saca a la luz las zonas de sombra del alma. Cavando, purifica”.
También ilustró que el “doble
tajo de esta espada, en un primer momento puede doler, pero en realidad
es beneficioso, porque amputa lo que nos
separa de Dios y del amor”.
Entretanto, indicó que “la
palabra divina escruta los pensamientos y los sentimientos. El
Verbo de vida también es la verdad (cf. Jn 14, 6) y su palabra hace la
verdad en nosotros, disipando falsedades y dobleces”.
“Las Escrituras – prosiguió –
nos empujan continuamente a redirigir la ruta de la vida hacia Dios. Dejarnos
leer por la Palabra nos permite así convertirnos en “libros abiertos”,
transparencias vivas de la Palabra que salva, testigos de Jesús y anunciadores
de su novedad”.
Añadió que “la Palabra de Dios,
en efecto, aporta siempre noticias, es inasible, escapa de nuestras
predicciones y a menudo rompe nuestros patrones”.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente: Aleteia