En
su homilía, el Santo Padre reflexionó sobre las tres dimensiones de la vida:
pasado, futuro y presente
El Papa durante la Misa en el cementerio Laurentino. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
El
Papa Francisco presidió en el cementerio romano Laurentino la Misa por la
Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, en la que señaló que “hoy es un día
para hacer memoria, para recordar a aquellos que han caminado antes que
nosotros, que nos han acompañado, que nos han dado la vida”.
En
su homilía, el Santo Padre reflexionó sobre las tres dimensiones de la vida:
pasado, futuro y presente. Sobre la primera dimensión, pasado, señaló que “la
memoria es aquello que hace fuerte a un pueblo, porque se siente enraizado en
un camino, enraizado en una historia, enraizado en un pueblo”.
“La
memoria nos hace comprender que no estamos solos, que somos un pueblo que tiene
historia, que tiene pasado, que tiene vida. Memoria de muchos que han
compartido con nosotros un camino, que están aquí”, señaló.
Sobre
la segunda dimensión, futuro, explicó que está estrechamente vinculada a la
esperanza. “Hoy también es un día de esperanza”, destacó. Recordó que en la
segunda lectura del día se habla de “un cielo nuevo, una tierra nueva y la
santa ciudad de Jerusalén nueva”.
“Esperanza
de encontrarnos, esperanza de llegar a donde está el amor que nos ha creado,
donde está el amor que nos espera, el amor de padre”.
Finalmente,
citó la tercera dimensión, el presente, “el camino que debemos hacer, que
hacemos. ¿Y cómo recorrer el camino sin equivocarnos? ¿Dónde están las luces
que me ayudarán a no equivocarme de camino? ¿Cuál es el navegador que el mismo
Dios nos ha dado para no equivocarme de camino? Son las bienaventuranzas que en
el Evangelio Jesús nos ha enseñado”.
“Estas
bienaventuranzas, la mansedumbre, la pobreza de espíritu, la justicia, la
misericordia, la pureza de corazón…, son las luces que nos acompañan para no
equivocarnos de camino. Ese es nuestro presente”.
El
Papa terminó su homilía pidiendo al Señor “la gracia de no perder nunca la
memoria, de no esconder nunca la memoria: memoria de persona, memoria de
familia, memoria de pueblo. Que nos dé el don de la esperanza, porque la
esperanza es un don suyo”. “
“Y
que nos dé la gracia de comprender cuáles son las luces que nos acompañarán en
el camino para no equivocarnos, y así llegar a donde nos esperan con tanto
amor”, expresó.
Fuente:
ACI Prensa