Con
la muerte, el purgatorio representa un lugar que tiene una sola dirección:
“hacia el cielo”
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Santa
Gertrudis la Grande es quizás mejor conocida por su devoción a las almas del
purgatorio, y son muchos católicos quienes se preguntan por qué en una de sus
oraciones más conocidas las cataloga de “benditas”.
“Padre
eterno, yo te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesús, en unión
con las misas celebradas hoy día a través del mundo por todas las benditas
ánimas del purgatorio, por todos los pecadores del mundo. Por los pecadores en
la iglesia universal, por aquellos en propia casa y dentro de mi familia”, se
lee en la oración mencionada.
El
P. Joseph G. Hubbert, profesor en el departamento de estudios religiosos de la
Universidad de Niágara, dijo en una entrevista concedida al National Catholic
Register que en los tiempos de Santa Gertrudis (1256-1302) el purgatorio era
considerado un lugar “bendito” porque permitía “un respiro del sufrimiento aquí
en la tierra, un sufrimiento diferente al sufrimiento del purgatorio”.
El
presbítero también señaló que con la muerte, el purgatorio representa un lugar
que tiene una sola dirección: “hacia el cielo”.
En
el artículo del Register, escrito por el columnista católico Kevin Di Camillo,
se sostiene que esto “no quiere decir que el viaje a través del purgatorio sea
fácil o sin dolor”.
“De
hecho, aunque los Doctores de la Iglesia de San Agustín a San Gregorio el
Grande tocaron el fuego purificador del purgatorio, a Santo Tomás de Aquino le
recordó que el dolor más pequeño en el purgatorio es peor que el mayor
sufrimiento en la tierra. Sin embargo, esta agonía es compensada por la
‘certeza de la salvación’”, indica el texto.
El
autor del artículo concluyó que es esa “certitud de salvación” la que hace que
las almas en el purgatorio sean almas “benditas”. “Aunque ciertamente también
son almas ‘pobres’, en relación con las almas en el Cielo que están
experimentando la visión beatífica”, añadió.
Fuente:
ACI Prensa






