A continuación proponemos algunos de los encuentros en los
que el Pontífice aplica la ‘cariñoterapia’ y han sido los más leídos en 2018
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Papież słucha pytań dzieci, fot. AP/EAST NEWS |
Cerca de medio millón de personas han
participado en las audiencias generales en la plaza de San Pedro y en el aula
Pablo VI del Vaticano para escuchar el mensaje del papa Francisco en 2018.
Esto, sin contar la cercanía con personas producto de las visitas a las
parroquias, hospitales, centros para ancianos, etc, hechas por el Obispo de
Roma a las periferias de su diócesis.
“La
ternura de Dios nos lleva a comprender que el amor es el sentido de la vida.
Comprendemos así que la raíz de nuestra libertad nunca es la auto
referencialidad, y nos sentimos llamados a derramar en el mundo el amor
recibido del Señor, a declinarlo en la Iglesia, en las familias, en la
sociedad, a conjugarlo en el servir y en el darse”, enseña el Papa (13.09.2018).
El Papa consuela a un niño en lágrimas: ‘¿Mi papá, ateo, está
en el cielo?’
Italia y el mundo se conmovieron ante el
gesto del papa Francisco que consuela a un niño en lágrimas, Emanuele, 10 años,
y que preguntó durante un encuentro: ‘¿Mi
papá, ateo, está en el cielo?’. El encuentro tuvo lugar en la
parroquia de San Pablo de la Cruz en la periferia romana, el 15 de abril de
2018.
A Emanuele se le cortó la voz,
comenzó a sollozar delante
del papa y no podía expresarse delante al micrófono. El párroco le toma del
brazo y le trata de dar valentía. Al ver el sentimiento del infante, Francisco
le insistió para que le hiciera su pregunta al oído.
Sucesivamente, pidió permiso especial al
niño para revelar a los presentes lo que le dijo en secreto.
Emanuele lloraba porque su padre
había muerto recientemente. El Pontífice destacó la misericordia de Dios,
“que tiene un corazón de papá”, ante ese hombre que “no tenía el don de la fe,
no era creyente” pero hizo “bautizar a sus (4) hijos” y, mirando a Emanuele le
dijo: “¡Quien dice quién va al cielo es Dios!”.
“¿Pero, cómo será el corazón de
Dios, delante a un padre así?” […] “¿Dios abandona a sus hijos cuando son
buenos?”, preguntó el Papa a los presentes. -“¡No!”, se alzaron las voces -.
“Bueno, Emanuele, esta es la
respuesta. Dios seguramente estaba orgulloso de tu papá, porque es más fácil
que, siendo creyente, se bautice a los hijos que, siendo no creyente,
bautizarlos. Y seguramente esto a Dios le ha gustado mucho”, expresó.
Por último, invitó a Emanuel a
rezar a Dios y recordar a su papá: “Habla con tu papá, reza a tu papá. Gracias,
Emanuele, por tu valentía”.
¡Sorpresa! La catequesis del papa Francisco la dio un niño
“Desear un corazón nuevo”, instó el papa
Francisco para vivir una vida plena y vivir como niños “libres” delante del
Padre. Pero hoy hubo una sorpresa. Un
niño argentino autístico de 7 años hizo reflexionar al papa Francisco sobre esa
libertad y se convirtió en el protagonista para deleite de los fieles y
peregrinos presentes en el Aula Pablo VI del Vaticano el pasado 28 de noviembre
2018.
El niño Wenzel Eluney, autista, se ganó enseguida el corazón
de los asistentes y del Pontífice, debido a su espontaneidad; sin considerar el
momento solemne, se coló como un rayo en el escenario donde el Papa predicaba y
se paró al lado del Guardia Suiza. Le agarró el vestido colorado, los guantes y
la alabarda, y sin parar de divertirse dio varios giros alrededor. Era el
centro de la audiencia, el protagonista absoluto.
La mamá del pequeño corrió y finalmente lo
aferró delante del Papa y le explicó que eran de Argentina y que su hijo no
hablaba porque era autístico. “Dejálo, si quiere jugar acá, dejálo”, dijo el
Papa. Y luego dirigiéndose a monseñor Georg Gänswein, Prefecto de la Casa
Pontificia, bromeó: “Es argentino…indisciplinado”
(risas). La familia de Wenzel vive actualmente en Verona, norte de Italia,
recibe la ayuda de la ANTS Onlus para el autismo. Se trata de una asociación de
padres para hablar, aprender y entender como ayudar a sus hijos.
Noemí, la deportista que conmociona Italia y al papa Francisco
Noemi, 20 años, era un ángel que en el agua
combinaba natación gimnasia y danza. La chica era una promesa del deporte italiano
que murió en un accidente con su motocicleta en una vía de Roma y quien terminó
contra un árbol.
En el funeral, sus compañeras se
abrazaban alrededor del féretro, una cadena humana acompañada de las fotos de
sus proezas deportivas para despedirla y el llanto de sus padres que agradecían
su constancia y sacrificio al querer alcanzar sus propios sueños, hechos de
competición, compañerismo y el deseo de participar en los Juegos Olímpicos de
Tokio en 2020.
Fuente:
Aleteia