Francisco exhortó para que "no se pierda en
nuestra Iglesia la compasión y no se pierda en nuestro obispo, la centralidad
de la compasión”
El papa Francisco habló sobre la
centralidad de la compasión: “uno de los grandes distintivos que como Iglesia
podemos ofrecer a nuestros hermanos”. Lo dijo este jueves 24 de enero de 2019,
durante el encuentro con los Obispos Centroamericanos en la
Iglesia de San Francisco de Asís, en Ciudad de Panamá, con motivo de la visita
pastoral en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud.
“Me preocupa cómo la compasión ha perdido
centralidad en la Iglesia, incluso en los grupos católicos, o se está
perdiendo, para no ser tan pesimista, incluso en los medios de comunicación
católicos, la compasión no está: el cisma, la condena, el ensañamiento, la
valoración de sí mismos, la denuncia de la herejía. No se
pierda en nuestra Iglesia la compasión y no se pierda en nuestro obispo, la
centralidad de la compasión”.
El Papa
explicó que el “resultado del trabajo pastoral, la evangelización en la Iglesia
y la misión no se basa en la riqueza de los medios
y recursos materiales, ni en la cantidad de eventos o actividades que
realicemos sino en la centralidad
de la compasión: uno de los grandes distintivos que como Iglesia podemos
ofrecer a nuestros hermanos”.
Tras el
encuentro con la autoridad, con el Cuerpo Diplomático y con representantes de
la Sociedad en Palacio Bolívar, el Pontífice pronunció un discurso amplio
dirigido a los obispos de la región para llamarlos a seguir el ejemplo de
Cristo, en el vaciamiento de la propia voluntad para
llegar a ser completamente receptivos a la voluntad de Dios.
En medio de
la tormenta que enfrenta la barca de Pedro debido a la crisis de abusos de
poder, de conciencia y sexuales, a la espera de una cumbre mundial anti abusos
en el Vaticano (21-25 de febrero), Francisco instó a los obispos a “sentir como
la Iglesia” y ha puesto como modelo de vida cristiana-pastoral a San Óscar
Romero, quien murió mientras celebraba la misa asesinado por los escuadrones de
la muerte en El Salvador y a quien canonizó recientemente en el contexto del Sínodo de los Obispos sobre
los jóvenes.
En más de una
ocasión ha señalado, Romero fue martirizado dos veces, calumniado, maltratado,
por las murmuraciones en su contra. “Su vida y enseñanza son fuente
constante de inspiración para nuestras Iglesias y, de modo particular, para
nosotros obispos. Él también fue “mala palabra, sospechado, excomulgado, en
los cuchicheos privados de tantos obispos”, denunció el Papa.
“Sentir con la Iglesia”. Sé que entre nosotros hay personas que lo
conocieron de primera mano —como el cardenal Rosa Chávez— de quien, el cardenal
(Antonio) Quarracino (1923-1998)
me dijo era candidato a premio Nobel de fidelidad”, dijo entre los aplausos.
Así que, su Eminencia, si “considera que me equivoco con alguna apreciación me
puede corregir”, añadió.
“El lema que
escogió (Romero) para su escudo episcopal y que preside su lápida expresa de
manera clara su principio inspirador y
lo que fue su vida de pastor: “Sentir con la Iglesia”. Brújula que marcó su
vida en fidelidad, incluso en los
momentos más turbulentos”.
Francisco
habló de la “kénosis de Cristo” que
implica “abandonar la virtualidad de la existencia y de los discursos para
escuchar el ruido y la cantinela de gente real que nos desafía a crear lazos.
Y permítanme decirlo: las redes sirven
para crear vínculos pero no raíces”.
Entretanto,
indicó, “el martirio no es sinónimo de pusilanimidad o de la actitud de alguien
que no ama la vida y no sabe reconocer el valor que esta tiene”.
Por otro
lado, el Obispo de Roma, instó a sus hermanos centroamericanos a no abandonar
los sueños de los jóvenes y sus inquietudes. “Esta Jornada Mundial de la
Juventud es una oportunidad única para salir al encuentro y acercarse aún más a
la realidad de nuestros jóvenes, llena de esperanzas y deseos, pero también
hondamente marcada por tantas heridas”.
Asimismo,
insistió en promover “programas y centros educativos que sepan acompañar,
sostener y potenciar a sus jóvenes; “róbenselos”
a la calle antes de que sea la cultura de muerte la que, “vendiéndoles
humo” y mágicas soluciones se apodere y aproveche de su imaginación”.
Y – aconsejó
– háganlo no con paternalismo, de arriba a abajo, porque eso no es lo que el
Señor nos pide, sino como padres, como hermanos a hermanos”. Los jóvenes, expresó, “son rostro de Cristo para
nosotros y a Cristo no podemos llegar de arriba a abajo, sino de abajo a
arriba”. Lo dijo al citar a San Óscar Romero (Homilía, 2 septiembre 1979).
El Papa
señaló que los problemas que enfrentan los jóvenes en el mundo es porque muchas
veces es porque les falta ser acogidos maternalmente.
“Son muchos
los jóvenes – explicó- que dolorosamente han sido seducidos con respuestas
inmediatas que hipotecan la vida: violencia doméstica, feminicidios —qué plaga que vive nuestro continente en este
sentido—, bandas armadas y criminales, tráfico de droga, explotación sexual de
menores y de no tan menores, etc.”.
Entretanto,
señaló que “duele constatar que en la raíz de
muchas de estas situaciones se encuentra una experiencia de orfandad fruto de
una cultura y una sociedad que se fue “desmadrando”. ¡Sin madre!”.
Denunció
también el “funcionalismo y clericalismo
eclesial — tan tristemente extendido, que representa una caricatura y
una perversión del ministerio— empieza a
medirse por estas preguntas”.
El Papa
insiste para que los obispos dejen de seguir sus propios intereses y poder para
imitar a Cristo en también en la pobreza. “Una Iglesia que no quiere que
su fuerza esté —como decía Mons. Romero— en el apoyo de los poderosos o de la política,
sino que se desprende con nobleza para caminar únicamente tomada de los brazos
del crucificado, que es su verdadera fortaleza”.
“Y esto-
continuó- se traduce en signos concretos y evidentes, esto nos cuestiona e
impulsa a un examen de conciencia sobre nuestras opciones y prioridades en el
uso de los recursos, influencias y posicionamientos”.
“Hermanos, sentir con la Iglesia es sentir
con el pueblo fiel, el pueblo sufriente y esperanzador de Dios”. Y los invitó a acoger a la pobreza que es
madre y muro de la vida religiosa “porque custodia nuestro
corazón para que no se deslice en concesiones y compromisos que debilitan la
libertad y parresía a la que el Señor nos llama”.
Después del
encuentro (11:15 h) con los Obispos Centroamericanos, en Papa participará en la
tarde, (17:30 h) en la ceremonia de acogida y apertura de la Jornada
Mundial de la Juventud en el Campo Santa María la Antigua
– Cinta Costera.
Ary Waldir
Ramos Díaz
Fuente: Aleteia






