Existe, también, un problema de comunicación exterior e interior en la Iglesia que agrava más el
problema de los abusos, y que, por lo tanto, es urgente solucionar
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Mons. Scicluna durante su intervención. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
Mons.
Charles Scicluna, Miembro del Comité Organizador del Encuentro sobre la
Protección de Menores que se está desarrollando en Roma, aseguró que “una
persona que constituye un riesgo para los menores ya no puede pertenecer al
ministerio. No es cuestión de adónde desplazarlo: ya no puede ejercer una
actividad en el ministerio”.
Durante
el encuentro con periodistas que se ha celebrado este sábado 23 de febrero en
el Vaticano para explicar el progreso de los trabajos del Encuentro, Mons.
Scicluna, que también es Arzobispo de Malta y que es una de las cabezas
visibles de la Iglesia en la lucha contra los abusos, señaló que el Papa
Francisco se ha sentido conmovido “por el testimonio increíble de las mujeres”.
En
su intervención, también explicó que existe un problema de comunicación
exterior e interior en la Iglesia que agrava más el problema de los abusos, y
que, por lo tanto, es urgente solucionar.
“No
sólo tenemos un problema de transparencia a la hora de encararnos con la
sociedad, con las autoridades, sino también en el seno de la misma comunidad de
la Iglesia: diócesis que no hablan con otras diócesis, órdenes religiosas que
no hablan con otras órdenes religiosas, y que no comparten informaciones
fundamentales. Esto ocurre en el seno de la Iglesia”.
En
este sentido, defendió también que se debe fortalecer la comunicación entre la
Iglesia y las víctimas que han denunciado abusos sobre los procedimientos
canónicos, porque en muchos casos, una vez realizada la denuncia, no se vuelve
a informar a las víctimas del estado del procedimiento.
En
ese mismo encuentro participó también en Cardenal Reinhard Marx, Arzobispo de
Munich y Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana.
En
su explicación señaló que el camino emprendido en la búsqueda de soluciones que
pongan fin a los abusos y que den justicia a las víctimas no se puede terminar
cuando se concluya el Encuentro, sino que “hay que encontrar un camino para que
todos estos documentos, ideas, informaciones, confluyan. Habrá que traducir
todo eso en decisiones”.
“Creo
que deberían darse unas líneas vinculantes para toda la Iglesia. En nuestro
grupo de trabajo se ha hablado de una actividad de monitorización, como si las
diócesis de alguna forma se sometieran a una certificación sobre sus acciones,
si esas acciones son conforme a esas líneas guía”, defendió.
También
intervino en la reunión con los periodistas el P. Arturo Sosa Abascal, General
de la Compañía de Jesús.
Dijo
que la Iglesia acepta “el desafío de acompañar el proceso de maduración
afectiva de todos los miembros de la Iglesia. Es una estrategia necesaria. La
maduración afectiva es lo que permite una relación sana entre los seres humanas
que termina siendo una relación segura, en paz, y para eso tenemos que poner
atención a los programas de formación, formación a todos los niveles:
consagrados, consagradas, los que se preparan para el ministerio y cualquier
persona bautizada para que esa madurez afectiva sea un signo de nuestra propia
Iglesia”.
Fuente:
ACI Prensa