¿Cómo afrontarlas?
“Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y
todo lo que El quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor”
(Santo Tomás Moro).
Nuestra confianza en Dios nos
lleva a creer que todos los acontecimientos que Él permite en nuestra vida
nunca serán situaciones que nos superen o que no podamos afrontar. Pero me he
quedado pensando en esa frase que probablemente todos hemos escuchado (y dicho)
cientos de veces: “Dios nunca te dará más de lo que puedes manejar”.
Hoy he llegado a una conclusión
diferente: Dios sí nos da cosas que no podemos manejar. La
prueba está en que, en Getsemaní, le dio a su propio Hijo algo que no podía
cargar, algo que Él mismo pidió no vivir…
Por eso, quizá contradiga un
poco la fe que todos hemos puesto en esta frase, pero estamos equivocados. Dios
sí da cosas que son imposibles de manejar:
A la madre cuya hija de 10 años
lucha por su vida en un hospital…
Al marido cuya esposa perdió la vida en el parto, dejándolo solo con una
familia para cuidar…
A la chica cuyo novio se está
recuperando de una herida de bala en la cabeza…
A la persona que lee esto, cuya
batalla diaria es más profunda y más dolorosa que lo que nosotros podemos
imaginar…
La verdad es que Dios les está
dando más de lo que pueden manejar.
Cuando estos acontecimientos
llegan a nuestra vida (momentos en que somos probados y experimentamos mucho
dolor), Dios no está jugando con nosotros. Él nos está enviando una
advertencia.
Lo más frecuente es que nosotros
no nos demos cuenta y busquemos todas las soluciones posibles. Que nos
esforcemos demasiado en parecer fuertes, en hacer que parezca fácil, que todo
está controlado… pero, la verdad es que no nos sirve de mucho. Siempre me doy
cuenta de que eso no es lo que tengo que hacer, ni tampoco lo que Dios quiere
que haga.
Dios
no espera que seamos fuertes y que enfrentemos solos estas pruebas. Él ya envió
a alguien para salvarnos, ¿recuerdas? Cuando permite todas estas cosas quiere mostrarnos que apoyarse
en Él es la única manera en que encontraremos la fuerza
para seguir avanzando.
¿Te dará Dios más de lo que
puedes manejar? Sí. Vendrá un día en que Dios te dará más de lo que puedes
manejar. En muchos momentos te sentirás solo, confuso, sumido en la
oscuridad.
¿Pero sabes qué? Dios no
espera que lo hagas solo (y aunque suene más fácil decirlo que hacerlo)
rendirse a Dios es la clave de la paz en nuestras horas más oscuras.
Rendición significa confiar
en que Dios vendrá. Significa esperar
un milagro sin saber cómo Dios lo hará. Significa ir a los
pies de Jesús todos los días y decir “confío en ti”.
A pesar de que pueda ser difícil
de creer, todo
es parte de un plan. Cuando Dios permite una situación difícil
ya tiene planeada una solución. Todo puede parecer muy incierto, pero cada
evento en nuestra vida juega un papel en un plan mucho más grande, todo es
parte de una obra maestra más hermosa.
Dios
llegará, no te preocupes demasiado. Dios está presente incluso en la ausencia de todo. Apóyate
en Él. Búscalo. Confía en su voluntad.
No caminas
solo. Él va caminando a tu lado y está listo para llevar tu carga tan
pronto como tomes la decisión de entregarla a Él.
“Confía en
el Señor de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia; reconócele
en todos tus caminos y Él enderezará tus sendas” (Proverbios 3, 5-6).
Luisa Restrepo
Fuente: Aleteia