El Pontífice instruye a un grupo de niños y jóvenes sobre cómo defenderse de los ataques del "jefe de la maldad"
El papa Francisco predicó a
un grupo de niños y jóvenes sobre las estrategias que utiliza el “jefe de la
maldad” para ofrecer una felicidad pasajera como “caramelos” que gustan, pero
que al final, uno tras otro, producen una indigestión espiritual.
Durante la visita
a la parroquia romana de San Crispín el 2 de marzo de 2019, el Papa advirtió
que el diablo no es un personaje místico, la representación del mal, sino un
ser astuto, “más inteligente que los teólogos”, incluso en apariencia educado y
amable.
El Pontífice ánimo
a seguir en la lucha espiritual toda la vida, en el discernimiento para
reconocer entre la voluntad de Dios y las artimañas del ‘príncipe del mundo’
que -dijo- sabe encantar, engañar y manipular.
¿El diablo es una
fantasía? “Existe, sí, es verdad, y es nuestro mayor enemigo. Es él quien
trata de que resbalemos en la vida. Es el que pone malos
deseos en nuestros corazones, malos pensamientos y nos
lleva a hacer cosas malas, las muchas
cosas malas que hay en la vida, para terminar en guerras”.
¿Qué hará si le
digo: “Ven, que quiero ser tu amigo”, ¿Qué nos hará?”. “Daño.
Nos llevará por el camino del mal,
también a nosotros para hacer el mal.
Retomo la primera pregunta: ¿Cómo podemos comportarnos para defendernos de
estos bastonazos que nos da el diablo, que es el amo del mundo? ¿Cómo podemos?
En primer lugar, con la oración”, dijo.
Asimismo,
sostuvo que Jesús es quien nos defiende del diablo.
“Jesús es el Señor, manda. ¿Y qué hacía Jesús, cuando estaba en la tierra, con
el diablo? “Vete,” le decía. Y el otro, que es un cobarde, se iba. Lo
ahuyentaba”.
¿Tiene
Jesús poder sobre el diablo?,
preguntó. “Sí, tiene poder. Por lo tanto, rezar a Jesús para que
aleje de nosotros al diablo, para que no le deje que se acerque”.
“¿Sabéis
cuál es la mayor cualidad del diablo? Porque tiene cualidades: ¡es muy
inteligente, más inteligente que los teólogos! Es muy inteligente, y esta es
una cualidad. Pero la cualidad, la forma de ser más grande que tiene el diablo,
¿quién me lo dice?”, preguntó y un niño le respondió: “Ser malo”.
Francisco
insistió que el “diablo es un mentiroso”. “Porque te
dice: mira lo bonito que es esto … Y hace lo mismo que hace la serpiente con el
pajarito: lo mira, lo adormece y luego se lo come”.
“El
diablo -continuó- con nosotros, te hace ver las cosas y te dice: “Esto es
bonito, te sentará bien, no obedezcas a tu padre y a tu madre, no hagas esto,
ve por este camino, te hará bien”, y luego te deja solo y serás derrotado”.
“¿Cuál
es la mayor cualidad del diablo?”, cuestionó de nuevo. “En el evangelio se le
llama el padre de la mentira. Dios es el Padre de la bondad. Este
no puede ser el padre de la bondad, porque es malo, como dijiste: ¡es malo,
malo! Pero para hacerse pasar por bueno, dice mentiras”. Instruyó: “¡Vete,
mentiroso!”. Así tenemos que decirle”.
¿Cómo
defenderse del diablo? “Con la oración.
Porque viene el ataque. Ve a Jesús, que nunca dijo una mentira. Jesús no
puede decir mentiras. Jesús siempre nos dice la verdad. A veces no nos gusta,
porque hay algunas verdades dolorosas, pero Él las dice”.
El
Papa luego recordó que en la lucha espiritual contra el mal está María, “la
Madre de Dios”. “Ella es la que nos trajo a Jesús. Y para defendernos
contra el mentiroso, el diablo, también debemos ir a Nuestra Señora, ir a María
y decir: “Madre, ayúdame, como has ayudado a tu Hijo Jesús”.
“¿Podemos
cometer errores, o no podemos cometer errores?”, preguntó una niña al Papa. “Todos
podemos cometer errores. ¿Yo también puedo equivocarme? Sí. ¡Porque es
humano!.
“Todos
podemos equivocarnos. ¿Y cómo no equivocarse? En primer lugar, pensar
bien acerca de las dos opciones, cuál es la mejor, que así lo parece.
Luego, pedir consejo en casa, a los catequistas, al cura, al
sacerdote, al obispo”.
El
Papa instruyó a los niños y jóvenes sobre la oración y el diálogo con los
adultos, la “gente buena” que se preocupa por ellos.
“Pedir
consejo: “Me gustaría hacer esto o esto otro: ¿Qué debo hacer?” Y rezar.
De esta forma pondremos a prueba las dos posibilidades y elegiremos la más
grande”, sostuvo.
Además,
instó a los chicos y chicas a no ver el sacramento de la confirmación como
la “despedida de la parroquia”. Pues, un cristiano sigue
luchando contra el mal durante su vida.
“La
Confirmación nos ayudará a salir adelante en la vida, a luchar, y sobre todo
les dará… un don muy grande: la alegría”, aseguró.
Exhortó
a los niños a defender su alegría y buscar consejo en los
mayores que les quieren y defienden. Sucesivamente, comparó con la alegría
momentánea que da el diablo. “La gente piensa que cuando el diablo
te dice “Haz esto”, te da alegría. Es una alegría aparente. Escuchen: ¿Les
gustan los caramelos?”.
Y
comparó esas dosis efímeras de felicidad a una indigestión de caramelos.
“El diablo te da la alegría de un momento, y luego tienes “dolor de
estómago” en el alma. Tu alma está enferma. En cambio, el Espíritu Santo te da
la alegría que no enferma. ¿Entendido?”.
Fuente: Aleteia