El
Papa Francisco pidió a los jóvenes que escuchen lo que Dios les pide, que no se
dejen arrastrar por el miedo y que respondan con un “sí” a su vocación: “No
seáis sordos a la llamada del Señor”
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| El Papa Francisco. Foto: Marina Testino / ACI Prensa |
El
Santo Padre realizó este llamado en el mensaje para la Jornada Mundial de
Oración por las Vocaciones, que se celebrará el próximo 12 de mayo, IV Domingo
de Pascua, bajo el título “La valentía de arriesgar por la promesa de Dios”, y
que el Vaticano difundió este sábado 9 de marzo.
El
Pontífice se dirigió de forma especial a los jóvenes y les dijo que “no os
dejéis contagiar por el miedo, que nos paraliza ante las altas cumbres que el
Señor nos propone. Recordad siempre que, a los que dejan las redes y la barca
para seguir al Señor, él les promete la alegría de una vida nueva, que llena el
corazón y anima el camino”.
Francisco
explica en su mensaje que “la llamada del Señor no es una intromisión de Dios
en nuestra libertad; no es una ‘jaula’ o un peso que se nos carga encima. Por
el contrario, es la iniciativa amorosa con la que Dios viene a nuestro
encuentro y nos invita a entrar en un gran proyecto, del que quiere que
participemos, mostrándonos en el horizonte un mar más amplio y una pesca
sobreabundante”.
“La
vocación es una invitación a no quedarnos en la orilla con las redes en la
mano, sino a seguir a Jesús por el camino que ha pensado para nosotros, para
nuestra felicidad y para el bien de los que nos rodean”.
Según
señaló, “esto significa que para seguir la llamada del Señor debemos
implicarnos con todo nuestro ser y correr el riesgo de enfrentarnos a un
desafío desconocido; debemos dejar todo lo que nos puede mantener amarrados a
nuestra pequeña barca, impidiéndonos tomar una decisión definitiva; se nos pide
esa audacia que nos impulse con fuerza a descubrir el proyecto que Dios tiene
para nuestra vida”.
En
definitiva, “cuando estamos ante el vasto mar de la vocación, no podemos
quedarnos a reparar nuestras redes, en la barca que nos da seguridad, sino que
debemos fiarnos de la promesa del Señor”.
El
Papa se refirió, en concreto, “a la llamada a la vida cristiana, que todos
recibimos con el bautismo y que nos recuerda que nuestra vida no es fruto del
azar, sino el don de ser hijos amados por el Señor, reunidos en la gran familia
de la Iglesia”.
Reconoció
que “no siempre es fácil discernir la propia vocación y orientar la vida de la
manera correcta. Por este motivo, es necesario un compromiso renovado por parte
de toda la Iglesia –sacerdotes, religiosos, animadores pastorales, educadores–
para que se les ofrezcan, especialmente a los jóvenes, posibilidades de escucha
y de discernimiento”.
“Se
necesita una pastoral juvenil y vocacional que ayude al descubrimiento del plan
de Dios, especialmente a través de la oración, la meditación de la Palabra de Dios,
la adoración eucarística y el acompañamiento espiritual”, aseguró.
Fuente:
ACI Prensa






