Este año estas dos jornadas se celebran en España con el lema “Di sí al sueño de Dios”
El
domingo 12 de mayo se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones
y en la Iglesia en España también se une la Jornada de Vocaciones Nativas, que
son aquellas que surgen en territorios de misión y que muchas veces tienen
serias dificultades tanto económicas como sociales para salir adelante.
Este
año estas dos jornadas se celebran en España con el lema “Di sí al sueño de
Dios” y con una campaña cuyo objetivo es que “los jóvenes entiendan la llamada
vocacional como algo que puede suceder en su vida y la vocación como un camino
de vida válido”.
En
la rueda de prensa de presentación de la campaña recordaron las palabras del
Papa Francisco en su mensaje para esta jornada, en el que anima a los jóvenes a
no ser “sordos a la llamada del Señor” y les pide no dejarse “contagiar por el
miedo, que nos paraliza ante las alta cumbres que el Señor nos propone”.
Catherine
Declercq, del Instituto Secular Cruzadas de Santa María, explicó cómo descubrió
su vocación. Ella es francesa pero nació en Estados Unidos, por motivos
familiares durante su infancia vivió en varios países, lo que no le permitió
tener un grupo fijo de pastoral o catequesis.
Decidió
estudiar Ciencias Empresariales Internacionales, que incluía dos años de
universidad en España.
“En
la residencia femenina en la que vivía me hice amiga de una chica muy buena,
que de hecho ahora es monja en la Compañía de María y ella me llevó a su grupo
de pastoral. Allí por primera vez descubrí lo que era la Adoración Eucarística
y un grupo de jóvenes con los que poder compartir mi fe”, explicó Catherine.
En
un encuentro de universitarios conoció a las Cruzadas de Santa María y comenzó
a acudir a las actividades que realizaban. Sin embargo era el último año que
cursaba en España y por lo tanto debía volver a Francia para terminar la
carrera, algo que se le hacía muy difícil ya que había comenzado a plantearse
la entrega de su vida en este instituto.
Sus
padres no querían que entrara en las Cruzadas de Santa María sin haber
terminado la carrera universitaria, por eso volvió a Francia, en donde no está
este instituto secular, para finalizarlos.
“Esos
dos años sola afiancé mi vocación en que Dios quería que fuera cruzada de Santa
María, en unos ejercicios espirituales, en el silencio, recuerdo que dije que
sí a Dios y en el 2006 volví a Madrid y entré en las cruzadas. Él va guiando,
Él sabe qué plan tiene para cada uno”, explicó.
También
dio su testimonio la religiosa Faustina Dartey, misionera, que nació en Ghana y
entró con 14 años a la Congregación Esclavas del Niño Jesús, quienes la
enviaron a Roma para completar sus estudios. Allí conoció la Congregación de
Los Santos Ángeles Custodios en donde descubrió que podría cumplir mejor su
verdadera vocación de servicio y entrega a los pobres.
Desde
hace 19 años vive en Madrid y asegura que “decir que sí a Dios es siempre ganar,
nunca perder”, “tengo a Dios en mi vida, y es lo mejor que tengo”.
El
seminarista Alejandro Ruiz-Mateos explicó que pasaron diez años desde la
primera vez que se planteó la vocación a la vida consagrada o sacerdotal hasta
que entró en el seminario.
Tenía
23 años cuando participó en la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011.
“Recuerdo perfectamente y con una claridad potente cómo en un momento en Cuatro
Vientos (Madrid) todos animaban a San Juan Pablo II, que decían que era un
joven de 83 años. Entonces él dijo ‘al echar la mirada hacia atrás os puedo
asegurar que merece la pena entregar la vida a la causa de Cristo’. De los
millones de personas que pudieron estar allí eso me llegó muy profundamente,
como si me lo dijeran a mí en particular”, relató.
Sin
embargo, asegura que “el fin de semana siguiente, en cuanto salí con mis
amigos, se me quitó la idea de la vocación de la mente”, y aunque siempre ha
estado cerca de la fe, nunca había tenido “un encuentro real con Jesucristo”.
Participó
en varios viajes de voluntariado en la India y Haití, quedó impactado por el
trabajo que realizaban las Misioneras de la Caridad y los sacerdotes, por eso
comenzó a tener una vida espiritual más intensa y con ayuda de un director
espiritual y después de varios años, cuando él tenía 33, decidió entrar en el
seminario de Madrid.
“Han
sido 6 años de seminario muy intensos, con momentos muy complicados. Si Dios
quiere en junio me ordenarán diácono, han sido años de crecimiento personal,
espiritual y madurativo”, explica.
El
seminarista agradeció la oración de tantas personas que han rezado por él y por
su vocación, y por las vocaciones en el mundo.
Según
la Conferencia Episcopal Española (CEE), la Iglesia en este país cuenta con
18.164 sacerdotes diocesanos y 53.918 sacerdotes religiosos. Los religiosos de
clausura son 9.322, mientras que hay 1.203 aspirantes al sacerdocio.
En
relación con el número de vocaciones nativas, es decir, vocaciones que surgen
en territorios de misión, el número ha aumentado en los últimos 30 años. Según
datos de Obras Misionales Pontificias en España, en ese tiempo, los sacerdotes
han pasado de ser 46.932 a 88.138. En el año 2018, la Obra de San Pedro
Apóstol, a través de su fondo Universal de Solidaridad, dio más de 21,5
millones de euros para ayudar a 5.450 vocaciones y 225 formadores.
Fuente:
ACI Prensa