El
Pontífice habló ante representantes de la industria minera para que se respete
el medio ambiente y las comunidades locales
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Antoine Mekary | ALETEIA | i.MEDIA |
El
papa Francisco pidió discernir si conviene continuar con las estrategias de las
empresas dedicadas al extractivismo, además instó al respeto de las comunidades
locales, el medio ambiente y defendió el modelo circular de producción en la
audiencia a los participantes del encuentro “La industria minera para el bien
común”, organizado por un dicasterio Vaticano este viernes 3 de mayo de 2019.
El
Papa invitó a “analizar, interpretar, discernir lo que conviene o no de las
actividades extractivas en los territorios y así, proponer, planificar, actuar
para transformar nuestro propio estilo de vida, incidir en las políticas
mineras – energéticas de estados y gobiernos, y en las políticas y estrategias
de las empresas dedicadas al extractivismo, con miras a alcanzar el bien común
y un auténtico desarrollo humano, sostenible e integral”.
¿Qué es el extractivismo?
Por
“extractivismo” – afirmó – entendemos una desaforada tendencia del sistema
económico por convertir en capital los bienes de la naturaleza.
La
acción de “extraer”, la mayor cantidad de materiales en el menor tiempo
posible, para convertirlos en materias primas e insumos que la industria
utilizará, se transformarán en productos y servicios que otros comercializarán,
la sociedad consumirá y luego la misma naturaleza recibirá en forma de desechos
contaminantes, es el circuito consumista que se está generando cada vez con
mayor celeridad y riesgo”.
¿Economía o vida?
Una
casa común que está en condiciones precarias, sostuvo el Papa, debido principalmente
a un modelo económico que se ha seguido durante demasiado tiempo.
“Es
un modelo voraz, orientado a la ganancia, con un horizonte limitado y basado en
la ilusión de un crecimiento económico ilimitado”. “Aunque a menudo
vemos su impacto desastroso en el mundo natural y en la vida de las personas,
todavía nos resistimos al cambio (…) Necesitamos un cambio de paradigma en
todas nuestras actividades económicas, incluida la minería”.
Después,
destacó que “la minería, como cualquier actividad económica, tendría que estar
al servicio de toda la comunidad humana… Este es un pilar de la enseñanza
social de la Iglesia”.
El papel de las
comunidades locales
Desde
esta perspectiva, “la participación de las comunidades locales es importante en
cada fase de los proyectos mineros”, afirmó.
“Siempre
es necesario alcanzar consensos entre los distintos actores sociales, que
pueden aportar diferentes perspectivas, soluciones y alternativas”.
“Pero
en la mesa de discusión deben tener un lugar privilegiado los habitantes
locales, quienes se preguntan por lo que quieren para ellos y para sus hijos, y
pueden considerar los fines que trascienden el interés económico inmediato”.
La sabiduría de los indígenas
En
este sentido se refirió al próximo Sínodo sobre Amazonía para enfatizar que es
indispensable prestar especial atención a las comunidades aborígenes con sus
tradiciones culturales. “Estas comunidades vulnerables tienen mucho que
enseñarnos”.
“Para
ellos, la tierra no es un bien económico, sino don de Dios y de los antepasados
que descansan en ella, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar
para sostener su identidad y sus valores”, destacó.
Economía circular
Asimismo,
insistió en la promoción de una economía circular y el enfoque de “reducir,
reutilizar, reciclar” también están en gran medida en consonancia con el
consumo sostenible y los modelos de producción promovidos en el 12º Objetivo de
Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Además,
las tradiciones religiosas siempre han presentado la sobriedad como un
componente clave de un estilo de vida ético y responsable”.
El
Papa instó a “denunciar y evitar esta cultura del descarte”. Pues, el sistema
industrial, “al final del ciclo de producción y de consumo, no ha desarrollado
la capacidad de absorber y reutilizar residuos y desechos”.
“Todavía
– añadió – no se ha logrado adoptar un modelo circular de producción que
asegure recursos para todos y para las generaciones futuras, y que supone
limitar al máximo el uso de los recursos no renovables, moderar el consumo,
maximizar la eficiencia del aprovechamiento, reutilizar y reciclar”.
Dejar un planeta habitable
“Somos
nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la
humanidad que nos sucederá. Es un drama para nosotros mismos, porque esto pone
en crisis el sentido del propio paso por esta tierra. ¡No pierdan nunca de
vista este gran horizonte!”, exhortó el Papa.
“La
industria minera para el bien común” es el título del encuentro organizado por
el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral en el que
participan tanto representantes de las comunidades mineras como de la industria
junto con exponentes de diversos credos.
“Esta
reunión es importante porque estáis tratando cuestiones que conciernen el
futuro de nuestra casa común y el futuro de nuestros hijos y de las
generaciones futuras”, expresó. El Papa definió el encuentro “como ecuménico,
ya que invita a pensar y a actuar como miembros de una casa común”.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia