Pienso
en un ministerio más itinerante, siguiendo el modelo de las misiones del pasado
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Foto referencial. Crédito: Martha Calderón / ACI |
Mons.
Eric de Moulins-Beaufort, Arzobispo de Reims y presidente de la Conferencia
Episcopal Francesa (CEF), propuso volver al modelo de “las misiones del pasado”
para salir a buscar a los fieles y hacer frente así a la escasez de vocaciones
sacerdotales.
“Hace
falta volver a pensar en los lugares donde celebramos Misa los domingos, con
las fuerzas concretas de las cuales disponemos. Pienso en un ministerio más
itinerante, siguiendo el modelo de las misiones del pasado. Se podría estar un
par de semanas en un lugar, luego en otro. No se puede proponer lo mismo en
todos lados o siempre”, explicó el Prelado en entrevista concedida al diario
del Vaticano L’Osservatore Romano (LOR).
Ante
diversos desafíos como las protestas de los chalecos amarillos –un movimiento
social de protesta que se formó en Francia en octubre de 2018– o la cada vez
menor asistencia de fieles a Misa los domingos, el Prelado dijo que es
necesario “mostrar cercanía a nuestra sociedad”, además de “salir a buscar a la
gente y no esperar a que sean las personas quienes vengan”.
El
Arzobispo explicó que en Reims solo hay 79 sacerdotes para atender a una
población de más de 180 mil habitantes. De estos presbíteros, 27 tienen menos
de 70 años, de los cuales solo siete están debajo de los 50. Además hay un solo
seminarista.
“Esperaba
afrontar este desafío porque es el caso de muchas diócesis de Francia. También
en París, donde fui obispo auxiliar entre 2008 y 2018, los grandes contingentes
de sacerdotes los tuvimos en la postguerra. Ahora hay muchos ancianos y muchos
otros han muerto. No se puede seguir con el sistema de entonces cuando había
muchos presbíteros”, señaló.
Ante
esta realidad, el Arzobispo de Reims sugirió lo siguiente: “Me imagino a un
sacerdote en una camioneta, que llega a un lugar preciso: allí los fieles
pueden informar a quién hace falta ver, a qué enfermo visitar, a qué operador
pastoral escuchar”, especialmente en las localidades más apartadas y pequeñas.
“Esto
debe hacerse en un sector preciso y delimitado, no para conocerlo todo
necesariamente sino para estar correctamente informados y luego proponer Misas,
conferencias, algún evento para jóvenes y niños, si los hubiera”, continuó.
En
la Arquidiócesis de Reims, dijo el Prelado, “estamos creando un pequeño equipo de
sacerdotes que estarán encargados de desarrollar esta misión junto al obispo
auxiliar. Sin embargo, desde enero todos los sacerdotes serán invitados a
dedicarse menos a la gestión de las parroquias para ir más a buscar a la
gente”.
De
este modo, explicó, “estamos actuando de acuerdo a lo que el Papa Francisco ha
explicado muy claramente en la Evangelii gaudium”.
El
24 de noviembre de 2013 se presentó en el Vaticano la exhortación apostólica
del Papa Francisco titulada Evangelii Gaudium (El Gozo del Evangelio)sobre
el anuncio del Evangelio en el mundo actual.
El
texto tiene una extensión en español de 142 páginas y está dividido en una
introducción y cinco capítulos cuyos títulos son: “La transformación misionera
de la Iglesia”, “En la crisis del compromiso comunitario”, “El anuncio del
Evangelio”, “La dimensión social de la Evangelización” y “Evangelizadores con
espíritu”.
En
la entrevista con LOR, el Arzobispo de Reims explicó que los sacerdotes tienen
tres tareas esenciales: “Enseñar, santificar y gobernar. Con frecuencia nos
concentramos mucho en el tercer aspecto, mientras que en el espíritu del Señor
y del Concilio Vaticano II, creo, es necesario sobre todo enseñar, anunciar la
Buena Nueva, así como estimular y fortificar a los cristianos allí donde se
encuentren”.
El
Concilio Vaticano II fue probablemente el evento eclesial y mundial más
importante del siglo XX. Lo impulsó el Papa San Juan XXIII para buscar el
“aggiornamento”, es decir la actualización de la Iglesia para acercarla al
mundo actual. Comenzó en 1962 y se dividió en cuatro etapas. Participaron en
alrededor de dos mil padres conciliares de todo el mundo.
El
presidente de la CEF también reflexionó sobre el papel de los sacerdotes
africanos que llegan a Francia a estudiar y a colaborar con el ministerio
pastoral.
“Los
sacerdotes africanos que vienen a Francia nos consideran el país que les llevó
el Evangelio a su tierra, por lo que están persuadidos de que Francia es un
país cristiano, fervoroso, cercano a la imagen de los misioneros que partieron
para evangelizar el continente africano”, dijo.
“Cuando
llegan pueden ver campanas y campanarios en todos lados e imaginan que las
iglesias están llenas de fieles. Se llevan una gran sorpresa cuando se dan
cuenta de que solo unas 30 personas van a Misa, en una iglesia que además puede
ser fría”, lamentó.
Ante
este y otros desafíos actuales en Francia y otros países, continuó el
Arzobispo, “es necesario encontrar las soluciones que mejor se adecúen. También
el Papa Francisco nos alienta a anunciar el Evangelio, ocupándonos menos de
nuestras estructuras”.
Por Walter Sánchez Silva
Fuente:
ACI Prensa