La
doctora, que no quiso desvelar su nombre por mantener el secreto profesional,
escribió en las redes sociales: ¡Bendito sea Dios por permitirnos presenciar
tan gran milagro!”
Les
ofrecemos un impresionante testimonio que nos viene de Brasil que nos habla del
grandísimo poder de Dios y de como obra milagros si la gente tiene fe. También
nos habla de la grandeza de los sacramentos y su poder transformante, siendo
una señal muy potente de la acción de Dios en el mundo.
Un
bebé, que fue declarado por muerto por los médicos regresó milagrosamente a la
vida tras un gran acto de fe de una doctora.
Antes
de apagar las máquinas una cirujana decidió realizar el bautismo a la criatura,
que en caso de emergencia puede hacerlo cualquier persona. Según recuerda el
Catecismo, “en caso de necesidad, cualquier persona, incluso no bautizada,
puede bautizar si tiene la intención requerida y utiliza la fórmula bautismal
trinitaria. Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo”.
Bautizó
al bebé (según le había enseñado una religiosa) y lo consagró a la Virgen María
y al Padre Pío. Al cabo de pocos minutos ante la sorpresa de todos, “oímos el
ruido en el monitor indicando el retorno de los latidos del corazón de forma
constante”. Todo el personal reaccionó con mucha alegría, pues lo habían dado
por perdido.
La
doctora, que no quiso desvelar su nombre por mantener el secreto profesional,
escribió en las redes sociales: ¡Bendito sea Dios por permitirnos presenciar
tan gran milagro!”.
Este
hecho además supuso la conversión de la propia doctora, pues estaba en cierta
manera alejada de Dios y no creía mucho en los milagros, aunque algo de fe
tenía al realizar de forma providencial ese bautismo y consagración.
A
raíz de ese testimonio tan impactante Dios tocó su corazón y se fue acercando
poco a poco a la fe y vida sacramental y hoy forma parte del grupo Familia
y Vida, realizando un gran apostolado en contra del aborto.
Por
último, la cirujana al poco tiempo visitó el santuario de San Giovanni Rotondo,
en el país italiano, donde consagró toda su carrera profesional al Padre Pío,
uno de los mayores santos del siglo XX.
Fuente: Hispanidad Católica