Según la tradición, el discípulo de San Juan Apóstol recibió
una carta de la Santísima Madre
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| Walter A. Aue CC |
¿La Virgen María escribió alguna carta? Si bien no
hay evidencia concluyente de que ella haya escrito algo durante su vida, existe
una tradición que afirma que San Ignacio de Antioquía escribió a la Santísima
Madre, y que ella le respondió.
San Ignacio
nació en Siria alrededor del año 35 d.C., y se cree que fue discípulo de San
Juan Apóstol. Finalmente, Ignacio fue ordenado obispo de Antioquía y se
convirtió en un miembro destacado de la Iglesia cristiana primitiva.
No existe una
fecha definitiva de la Asunción de la Santísima Madre al Cielo, pero los
expertos dicen que podría haber sido como muy pronto en el año 44, y como muy
tarde, en el año 55. En cualquier caso, Ignacio probablemente estaba vivo
cuando la Virgen María dejó esta tierra, y no es imposible que le escribiera
una carta. Si él era un discípulo de San Juan (el discípulo que llevó a la
Santísima Madre a su casa), ciertamente tenía un medio para transmitir su
mensaje. Incluso pudo haber conocido a la Virgen María durante su vida.
Cualquiera
sea el caso, el
documento medieval llamado Legenda Aurea relata
el siguiente intercambio entre los dos. En primer lugar, San Ignacio escribe a
la Santísima Madre.
A María, la portadora de Cristo, su
Ignacio. Debes fortalecerme y consolarme, como neófito y discípulo de tu Juan,
de quien he aprendido muchas cosas acerca de tu Jesús, cosas maravillosas que
contar, y estoy estupefacto al escucharlas. El deseo de mi corazón es estar
seguro de estas cosas que he escuchado de ustedes, que siempre estuvieron tan
íntimamente cerca de Jesús y compartieron sus secretos. Adiós y deja que los
neófitos que están conmigo se fortalezcan en la fe, por ti, a través de ti y en
ti.
La Santísima Madre tuvo la amabilidad de
ofrecer una respuesta.
Para mi querido compañero discípulo
Ignacio, esta humilde sierva de Cristo Jesús. Las cosas que has escuchado y
aprendido de Juan son ciertas. Créelas, consérvalas, sé firme en el
cumplimiento de su compromiso cristiano y da forma a tu vida y conducta. Iré a
verte con Juan, a ti y a los que están contigo. Mantente firme y actúa
valientemente en la fe. No dejes que las dificultades de la persecución te
hagan vacilar, y que tu espíritu sea fuerte y alegre en Dios tu salvación.
Amén.
No está claro
dónde se originaron estas “cartas”, solo que la historia se transmitió a través
de los años.
Independientemente
de su autenticidad, las letras son una meditación fascinante. Podemos
imaginarnos en el siglo primero y preguntarnos si hubiéramos escrito una carta
a María, la Madre de Dios. Era conocida en la Iglesia primitiva y habría sido
una consejera solicitada, ansiosa por ayudar a otros a amar a su Hijo.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia






