Homilía
del Santo Padre
El
Papa Francisco ha invitado con fuerza a abrir el corazón a la compasión y a no
cerrarse a la indiferencia, indica Vatican News.
Ayer
17 de septiembre de 2019, en la homilía de la Misa en la Casa Santa Marta, el
Santo Padre ha reflexionado en torno al pasaje del Evangelio de Lucas propuesto
por la liturgia del día (Lc 7, 11-17), que narra el encuentro de Jesús con la
viuda de Naín, llorosa por la muerte de su único hijo.
“La lente del corazón”
De
acuerdo a la misma fuente, el Papa señaló que Jesús se compadece de la viuda de
Naín al ver su realidad y que es esta compasión es la que nos hace comprender
la realidad en profundidad, porque es “como la lente del corazón”.
También
apuntó, de acuerdo al medio vaticano, que “nuestro Dios es un Dios de compasión
y la compasión, podemos decir, es la debilidad de Dios, pero también su
fuerza”, ya que “fue la compasión lo que lo movió a enviarnos al Hijo”, es Su
“lenguaje”.
Involucrarse con los demás
Por
otro lado, el Pontífice matizó que la compasión “no es un sentimiento de pena”,
sino que supone “involucrarse en el problema de los demás, es jugarse la vida
allí”, como el Señor.
Después
se refirió a la multiplicación de los panes, en la que Jesús pidió a los
discípulos que dieran de comer a la multitud y ante lo que ellos reaccionaron
con prudencia. “El Señor tuvo compasión porque veía a aquellas personas
como ovejas sin pastor”, explicó el Papa, y resaltó el gesto compasivo de Jesús
frente al egoísmo de los discípulos que “buscan una solución pero sin
compromiso”, que “no se ensucian las manos, como diciendo ‘que esta gente se
las arregle’”.
Dejarnos llevar por la
compasión
El
Obispo de Roma también llamó a interpelarnos: “¿Normalmente miro hacia otro
lado? ¿O dejo que el Espíritu Santo me lleve por el camino de la compasión?”.
Y
agregó que, en contraposición al lenguaje de la compasión de Dios se encuentra
el humano de la indiferencia. Así, se refirió a una imagen de un fotógrafo
de L’Osservatore Romano titulada “Indiferencia” en la que,
efectivamente, una mujer que sale de un restaurante mira para otro lado cuando
una señora que vive en la calle le tiende la mano.
“Eso
es indiferencia. Nuestra indiferencia. Cuántas veces miramos hacia otro lado… Y
así cerramos la puerta a la compasión. Podemos hacer un examen de conciencia:
¿Normalmente miro hacia otro lado? ¿O dejo que el Espíritu Santo me lleve por
el camino de la compasión? Que es una virtud de Dios…”, dijo Francisco.
“No llores”
El
Santo Padre confesó que el consabido pasaje evangélico le conmueve
especialmente cuando Jesús dice a la viuda: “No llores”, al considerarlo “una
caricia de compasión”. Después, Jesús toca el ataúd y le dice al niño que se
levante, el joven se sienta y comienza a hablar.
Finalmente,
el Papa incidió en que al final del pasaje se lee “Y se lo devolvió a su
madre”, como un “acto de justicia”, de manera que “la compasión nos lleva por
el camino de la verdadera justicia. Siempre debemos devolver a los que tienen
un cierto derecho, y esto nos salva siempre del egoísmo, de la indiferencia,
del encerrarnos en nosotros mismos”.
Y
concluyó pidiendo que Dios “también tenga compasión por cada uno de nosotros:
la necesitamos”.
Larisssa
I. López
Fuente:
Zenit