El
Papa Francisco les agradeció su testimonio de vida y las animó a “seguir
adelante con la alegría de la resurrección y la pasión por vuestra gente”
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Papa Francisco y auxiliares diocesanas de Milán, Padua y Treviso (Italia). Crédito: Vatican News |
El
Papa Francisco recibió a las auxiliares diocesanas de Milán (Italia) y a las
colaboradoras apostólicas diocesanas de Padua y Treviso (Italia), mujeres
consagradas pertenecientes a las asociaciones de fieles dedicadas al servicio
en sus diócesis.
Durante
el encuentro el Papa Francisco habló sobre la identidad de estos movimientos ya
que aseguró que “es significativa como forma de presencia de la mujer en la
Iglesia”.
Aseguró
que estas realidades no nacieron “en una mesa” ni “mucho menos por una
necesidad ideológica, sino que nacisteis de la vida, de la experiencia del
apostolado asociado, especialmente a la Acción Católica” y “de la colaboración
con los sacerdotes en la parroquia y en la pastoral diocesana”, algo que el
Papa calificó de “muy importante”.
En
ese sentido, el Papa Francisco afirmó que cuando Jesús acogía “a algunas
mujeres” entre sus discípulos, también en estrecha colaboración con los Doce,
“no lo hacía por un feminismo ante litteram sino porque el Padre le hacía
encontrar estas hermanas, a veces necesitadas de ser curadas, exactamente como
los hombres”.
Por
eso destacó la figura de María Magdalena de quien aseguro que tenía un “carisma
particular de fe y de amor por el Señor,” y por eso “Él se le mostró a ella la
primera la mañana de Pascua y le encargó llevar el anuncio a sus hermanos:
apóstola de los apóstoles”.
Las
auxiliares diocesanas de Milán nacieron durante el tiempo que era obispo en la
diócesis Mons. Giovanni María Montini, que después sería San Pablo VI, por eso
el Papa recordó que es algo “muy justo además de bello” que él las llamara
“mujeres de la resurrección”.
El
Papa Francisco recordó que “el punto de origen y de calificación” de estas
comunidades está en “la experiencia de colaborar directamente con los pastores
en el servicio a la gente, al pueblo de Dios, en las parroquias, en los
oratorios, con los pobres, en las cárceles” y que “quien vive este “trabajo” a
veces duro y costoso, el Espíritu Santo le da dones especiales de dedicación
que pueden terminar en consagración a la Iglesia”.
Por
eso animó a los Obispos y sacerdotes encargados de estas comunidades hacer “un
discernimiento” ya que en las auxiliares Diocesanas de Milán y las
Colaboradoras apostólicas diocesanas de Padua y Treviso hay algunas
características comunes, entre ellas la principal es que “el Obispo ha
estado atento a un don que nace en la comunidad, un don que corresponde a una
exigencia pastoral, pero no solo a una función, no es un funcionalismo, y
realiza un discernimiento”.
“Así
el carisma que viene discernido, acogido y reconocido y recibe su forma en esa
comunidad diocesana”, aseguró y precisó que la colaboración estrecha con el
Obispo es un elemento determinante y aunque hay otras formas de cooperación de
las mujeres en la Iglesia, “sea como fieles laicas o como religiosas o
consagradas seculares, vosotras tenéis esta especificidad”.
Además
el Papa Francisco también les recordó que para las auxiliares diocesanas así
como para las colaboradoras apostólicas diocesanas se entregan de manera
concreta a las personas de su diócesis.
“Es
una delimitación, cierto, pero tiene el sentido del enraizamiento y no de la
clausura, de la fidelidad y no del particularismo, de la dedicación y no de la
exclusión”, afirmó y destacó que “este aspecto de la fidelidad no a un pueblo
genérico, sino a este pueblo, con su historia, sus riquezas y sus pobrezas es
un trato esencial de la misión de Jesucristo, enviado del padre a las “ovejas
perdidas de la casa de Israel”. Y su dar la vida por todos pasa necesariamente
por darla por esas personas concretas, por esa comunidad, por esas amigas y
también por los enemigos. Esta fidelidad cuesta, tiene la dureza de la cruz,
pero es fecunda, generadora, según los deseos de Dios”.
Antes
de terminar el encuentro el Papa Francisco les agradeció su testimonio de vida
y las animó a “seguir adelante con la alegría de la resurrección y la pasión
por vuestra gente”.
Fuente:
ACI Prensa