Meditación
del Papa en la Misa
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| Misa en Santa Marta, 16 dic. 2019 © Vatican Media |
El
Papa Francisco considera que “acorralar a Jesús” y “lavarse las manos”, son dos
actitudes tibias y propone examinar si existe “algo así en nosotros”, de manera
que si lo hay, apartemos “estas actitudes para dar cabida al Señor que viene”.
Hoy,
16 de diciembre de 2019, en la homilía de la Misa en la Casa Santa Marta, el
Santo Padre ha repasado el Evangelio de san Mateo propuesto por la liturgia.
En
él, Jesús establece un diálogo con los sumos sacerdotes, que le preguntan con
qué autoridad enseña en el templo, indica Vatican News.
Con
respecto al mismo, Francisco resaltó dos actitudes de los cristianos tibios,
“acorralar a Dios y lavarse las manos”, y las calificó como peligrosas, pues,
“es como desafiar a Dios”.
“Acorralar a Jesús”
Por
otra parte, el Papa recordó cómo Jesús crispaba a los sumos sacerdotes
porque al sanar, enseñar y hacer milagros a la gente con dulzura y dedicación,
los atraía a todos. A los otros, sin embargo, aunque eran funcionarios
respetados por el pueblo, no se les acercaban las personas por falta de
confianza.
Entonces,
narró el Papa, se pusieron de acuerdo para “acorralar a Jesús” y cuestionarle
“¿Con qué autoridad haces estas cosas?, ya que, “no eres sacerdote, un doctor
de la ley, no has estudiado en nuestras universidades. No eres nada”.
Jesús
les responde con astucia, preguntando si Juan el Bautista bautizaba con una
autoridad que le venía de Dios o de los hombres. El Pontífice expuso el
razonamiento de dichos funcionarios “Si decimos ‘del cielo’, nos dirá: ‘¿Por
qué no le habéis creído?’ Si le decimos ‘de los hombres’, tememos a la gente;
porque todos tienen a Juan por profeta”.
Lavarse las manos
Así,
se lavaron las manos y declararon: “No sabemos”. Esta respuesta, para el Obispo
de Roma, constituye “la actitud de los mediocres, de los mentirosos de la fe”.
Y
agregó: Pilato no solo se lavó las manos, sino que también éstos se lavaron las
manos: ‘No sabemos’. No entrar en la historia de los hombres, no meterse
en problemas, no luchar por hacer el bien, no luchar por curar a tanta gente
que necesita… Mejor que no. No nos ensuciemos”.
“Cristianos de agua de
rosas”
Después,
continúa el relato del Santo Padre, Jesús les contestó “con la misma música”:
“Ni siquiera yo les digo con qué autoridad hago esto”.
Estas
son dos actitudes de cristianos tibios, de nosotros -como decía mi abuela-
‘cristianos al agua de rosas’; cristianos así: sin consistencia. Una actitud es
la de acorralar a Dios: ‘O me haces esto o no voy a ir más a la iglesia’. ¿Y
qué dice Jesús? ‘Vete, vete. Arréglatelas’”.
Por
otro lado, el Papa Francisco remitió a que la actitud de lavarse las manos
también la tuvieron los discípulos de Emaús en la mañana de la Resurrección,
que vieron a las mujeres alegres por haber visto al Señor y no confía porque estas
“son demasiado imaginativas”.
“La cofradía de san
Pilato”
De
este modo, entran el “la cofradía de san Pilato”, se lavan las manos, como lo
hacen otros: “Muchos cristianos se lavan las manos ante los desafíos de la
cultura, los desafíos de la historia, los desafíos de las personas de nuestro
tiempo; incluso ante los desafíos más pequeños. Cuántas veces oímos al
cristiano tacaño delante de una persona que pide limosna y no la da: ‘No, no,
no doy porque entonces estos se emborrachan’”.
Y
prosiguió, “se lavan las manos. ‘No quiero que la gente se emborrache y no doy
limosna’. ‘Pero no tiene que comer…’ – ‘Son problemas suyos: no quiero que se
emborrache’. Lo oímos muchas veces, muchas veces. Acorralar a Dios y lavarse
las manos son dos actitudes peligrosas, porque es como desafiar a Dios.
Pensemos qué pasaría si el Señor nos acorralara. Nunca entraríamos en el
paraíso. ¿Y qué pasaría si el Señor se lavara las manos con nosotros? Pobre de
nosotros”, apuntó, según indica la misma fuente.
Larissa
I. López
Fuente:
Zenit






