Homilía para el bautismo de 32 niños
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Bautismo De Niños En La Capilla Sixtina, 12 De Enero De 2020 © Vatican Media |
A las 9,30 de
la mañana de hoy, fiesta del Bautismo del Señor, el Santo Padre Francisco
presidió la Santa Misa en la Capilla Sixtina durante la cual administró el
Sacramento del bautismo de 32 niños, 17 niños y 15 niñas.
Bautizar a un
niño es un acto de justicia «, dijo el Papa Francisco, celebrando el bautismo
de 32 niños, 17 niños y 15 niñas, en la Capilla Sixtina el 12 de enero de 2020.
Como cada año
según la tradición para la fiesta del bautismo del Señor, el papa bautizó a los
hijos de los empleados del Vaticano. «En el bautismo», dijo en su homilía, «le
damos un tesoro, le damos una promesa: el Espíritu Santo …
quien lo defenderá, lo ayudará a lo largo de su vida».
«Cuando un niño
llora en la iglesia, es un hermoso sermón», también aseguró el Papa
AK
A continuación
ofrecemos la homilía del Papa Francisco completa:
Homilía del
Santo Padre
Así como Jesús,
fue a bautizarse, ustedes traen a sus hijos.
Jesús responde
a Juan: «Hágase toda justicia» (cf. Mt 3,15). Bautizar a un hijo es una un acto
de justicia para él. ¿Y por qué? Porque nosotros en el Bautismo le damos un
tesoro, nosotros en el Bautismo le damos una promesa: el Espíritu Santo.
El niño sale [del Bautismo] con el poder del Espíritu dentro: el Espíritu que
lo defenderá, lo ayudará, a lo largo de su vida. Por eso es tan importante
bautizarlos de niños, para que crezcan con el poder del Espíritu Santo.
Este es el
mensaje que me gustaría darles hoy. Ustedes traen a sus hijos hoy, [para que
tengan] en ellos el Espíritu Santo. Procuren que
crezcan con la luz, con el poder del Espíritu Santo, a través
de la catequesis, la ayuda, la enseñanza, los ejemplos que ustedes les darán en
sus casas … Este es el mensaje.
No quiero decir
nada más en voz alta. Sólo una advertencia. Los niños no están acostumbrados a
venir a la Sixtina, ¡es la primera vez! No están acostumbrados a estar
encerrados en un ambiente cálido. Y no están acostumbrados a vestirse así para
una fiesta tan hermosa como la de hoy. Se sentirán un poco incómodos en algún
momento. Y uno empezará a llorar… – ¡el concierto no ha comenzado todavía! –
pero uno comenzará, luego el otro… No se asusten, dejen que los niños lloren y
griten. Pero más bien, si su bebé llora y se queja, tal vez sea porque hace
demasiado calor: quítele algo; o porque tiene hambre: amamántelo, aquí, siempre
en paz.
También dije
esto el año pasado: tienen una dimensión «coral»: basta con que uno de ellos dé
el «la» y todo el mundo empieza, y hace un concierto. No se preocupen. Cuando
un niño llora en la iglesia, es una hermosa predicación. Hagan algo para que se
sienta bien y continuemos.
Recuerden:
ustedes llevan el Espíritu Santo dentro de sus hijos.
Raquel
Anillo
Fuente:
Zenit