Maribel
Camacho estuvo inmersa en una vida desorientada y alejada de Dios. Hoy trabaja
en 40 Días por la Vida, apostolado que empieza su décima vigilia de oración en
Colombia para luchar contra el aborto
Gentileza |
Maribel Camacho, una actriz de teatro colombiana,
nació en una familia comunista, su madre le cantaba himnos de esa ideología y
las fotografías de líderes marxistas ocupaban un lugar especial en su casa. A
escondidas, su abuela le hablaba de Dios y ella en su corazón sabía que existía.
Cuando tenía
12 años sus padres se separaron y Maribel creció con demasiadas libertades: “No
tenía figura paterna, hubo demasiada desorientación y yo hacía lo que
quería”. Siempre estuvo rodeada de personas
antirreligiosas y conoció del aborto a través de unas amigas, “en ese momento
lo veía como una solución a una circunstancia de la vida y no teníamos claro
que llevábamos la concepción dentro de nosotras”, explicó a Aleteia.
A los
15 años abortó por primera vez y lo hizo tres veces más en los siguientes años porque siempre era considerada como la
mejor opción y quienes estaban a su alrededor opinaban igual. Solamente antes
del último de los abortos una persona le aseguró que eso traía consecuencias
espirituales pero no le explicó por qué, mientras que su padre, médico, le dijo
que era una necesidad porque ella iba a empezar a trabajar y no podía ser madre
en ese momento.
Al mismo
tiempo, la relación familiar no era buena, ella y su hermano cayeron en el
consumo de marihuana, cocaína y alcohol, “hubo violencia, momentos de cárcel en
la vida de mi hermano, una realidad muy dura para mí, que sentí incluso más
fuerte que la mía propia”. Esto, junto a una vida sexual desordenada, relaciones
afectivas dañinas e incursiones en ideologías como la nueva era, la llevaron a
períodos depresivos y varios intentos de suicidio.
Pero como Dios siempre manda ángeles para
rescatar a sus hijos más alejados, a través de la comunidad Terciarios
Capuchinos en Bogotá su hermano empezó un proceso de
rehabilitación de la drogadicción y así inició la conversión y restauración
familiar.
Lo primero en
llegar fue el bautismo, a los 24 años recibió junto a su hermano la gracia de
este sacramento y poco a poco el Dios vivo del que su abuela le hablaba cuando
niña fue haciéndose realidad en su vida. Después estuvo en dos comunidades de la Renovación
Carismática Católica del Minuto de Dios, donde
pasó por procesos de liberación y sanación para dejar esa vida de pecado,
contaminación espiritual y ataduras intergeneracionales.
Por otro
lado, su mamá vivió una crisis emocional fuerte después de la cual encontró el
camino de Dios a través de la Santísima Virgen y hoy está consagrada a María
junto a sus dos hijos.
Aunque
Maribel tuvo una recaída en la adicción y su familia ha pasado por fuertes
pruebas –como el cáncer de útero del que el Señor la sanó recientemente–, de la
mano de Dios siguen fortaleciéndose en ese camino espiritual: “Actualmente vivo
con mi mamá y mi hermano. Con mi papa tengo buena relación, él me apoya en
muchas cosas así no las entienda y sé que Dios le va a dar la conversión total.
Nos hemos dedicado a querernos y perdonarnos”.
Una mujer provida
A sus 43 años y sin hijos, Maribel asegura
que cuando se lleva en el alma el drama del aborto, la mujer experimenta un
vacío interior que solo lo puede llenar Dios: “Las consecuencias duran posiblemente hasta
el día de tu muerte y aunque Dios me ha perdonado, ha sido más difícil
perdonarme y amarme a mí misma. No dejo de pensar que mi primer hijo tuviera
hoy casi 28 años y de soñar con los otros tres bebés que no llegaron a nacer”.
La otra
manera que ella encontró para sanar, y sobre todo para reparar, fue el
servicio: hoy es una mujer provida que trabaja para el movimiento 40
Días por la Vida. “Mi vida gira en torno a otras mujeres que
sufren crisis de embarazo y esperan encontrar en el aborto la respuesta a lo
que consideran un problema”, explica, y por eso se dedica a orientar a mamás
que, como ella lo hizo, piensan que el aborto es la solución.
Aunque es muy
doloroso revivir su sufrimiento, está convencida de que vale la pena hacerlo si
con su testimonio se va a salvar la vida de un bebé y por eso se dedica a
contarles a esas mujeres lo que en las clínicas de aborto nunca les dicen, “no
son células que se están acomodando, es una vida que van a acabar con
procedimientos agresivos que también dejan graves secuelas en las mamás, como
la depresión, la ira o la culpa y que en mi caso quise evadir con las drogas y
el alcohol”.
Empezó
asistiendo a las vigilias que 40 Días por la Vida hace dos veces al año frente
a hospitales y clínicas de aborto y actualmente participa en diferentes
actividades de este apostolado, incluyendo plantones y solicitudes ante las
cortes para luchar por el fin del aborto en Colombia.
Contra el aborto libre
Precisamente en los próximos días la Corte
Constitucional debe pronunciarse frente a una demanda de la abogada Natalia
Bernal, quien solicitó tumbar las tres causales bajo las cuales se permite
abortar en cualquier momento del embarazo y penalizar este hecho en todos los
casos.
Extraoficialmente
se ha difundido que la ponencia del magistrado a cargo del tema no acogería los
fundamentos provida y, por el contrario, propondría el aborto libre hasta las
16 semanas de gestación, lo cual ha generado una fuerte respuesta de millones
de colombianos que defienden la vida de los niños no nacidos.
Esta
posibilidad ha motivado pronunciamientos de la iglesia católica y las iglesias
cristianas, así como de millones de colombianos a través de redes sociales y
medios de comunicación, acompañadas por marchas pacíficas, cadenas de oración,
rezo del Santo Rosario y actos de reparación por tantos niños abortados, que se
verán complementados por los 40 días de oración que empiezan este 26 de
febrero, Miércoles de Ceniza, y se extenderán durante toda la Cuaresma en
43 ciudades colombianas.
“Será
la décima vigilia consecutiva en el país de este movimiento mundial que trabaja
por el principio del final de aborto, para que se acabe de manera pacífica, a
través de la oración. En estos cinco años más de 375 bebés se han
salvado de ser abortados y hemos dado acompañamiento,
asesorías y seguimiento a las madres, a través de fundaciones que se han
constituido con este fin”, explicó Pamela Delgado, líder de 40
Días por la Vida en Colombia.
En estas
jornadas de oración estarán muchos voluntarios y entre ellos Maribel Camacho,
quien a través de este ministerio provida se siente más cerca de sus hijos: “Sé
que ellos están conmigo espiritualmente y se sienten felices de que yo ayude a
otras mamás a tomar la mejor decisión”.
Lucía Chamat
Fuente: Aleteia Colombia