A
políticos y científicos
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Misa en la Casa Santa Marta, 13 abril 2020 © Vatican Media |
“Oremos
hoy por los gobernantes, los científicos, los políticos, que han comenzado a
estudiar el camino de salida, la post-pandemia, este ‘después’ que ya ha
comenzado: para que encuentren el camino correcto, siempre en favor de la
gente, siempre en favor del pueblo”.
Esta
es la petición del Papa Francisco en la Misa de ayer, 13 de abril de 2020,
lunes de la Octava de Pascua, celebrada en la Casa Santa Marta y transmitida en
directo debido a la pandemia del coronavirus.
Evangelio del día
En
su homilía, Francisco reflexionó en torno al Evangelio de hoy (Mt 28, 8-15). En
él Jesús resucitado se aparece a algunas mujeres y les manda decir a sus
discípulos que vayan a Galilea porque allí lo verán.
Asimismo,
el evangelista apunta que los sacerdotes corrompen a los soldados que custodian
la tumba, indicando que informen que los discípulos de Jesús habían ido de
noche a robar el cuerpo mientras dormían para negar la resurrección.
Resurrección o tumba
“El
Evangelio de hoy nos presenta una opción, una opción cotidiana, una opción
humana pero que se ha mantenido desde ese día: la opción entre la alegría, la
esperanza de la resurrección de Jesús y la nostalgia de la tumba”, señala el
Papa.
“Las
mujeres van adelante y llevan el anuncio: Dios siempre comienza con las mujeres,
siempre. Abren caminos. No dudan: lo saben; lo han visto, lo han tocado”, pero
también se encuentra la opción de considerar los problemas que puede acarrear
la tumba vacía “la decisión de ocultar el hecho. Es como siempre: cuando no
servimos a Dios, al Señor, servimos al otro dios, al dinero”, explica el
Pontífice.
“Es
verdad que mucha gente no confiesa a Jesús porque no lo conoce, porque no lo
hemos anunciado consistentemente, y esto es culpa nuestra. Pero cuando ante la
evidencia tomamos este camino, es el camino del diablo, es el camino de la
corrupción”, remarca.
Opción por la vida
En
este sentido, para el Obispo de Roma “ante el próximo – esperemos que pronto –
próximo fin de esta pandemia, hay la misma opción: o nuestra apuesta será por
la vida, por la resurrección del pueblo o será por el dios dinero: volver a la
tumba del hambre, la esclavitud, las guerras, las fábricas de armas, los niños
sin educación… ahí está la tumba”.
Por
ello, el Santo Padre, concluyó con esta petición: “Que el Señor, sea en nuestra
vida personal sea en nuestra vida social, nos ayude siempre a elegir el
anuncio: el anuncio que es horizonte, está abierto, siempre; nos lleve a elegir
el bien del pueblo. Y nunca caiga en la tumba del dios dinero”.
A
continuación, sigue la transcripción de la homilía completa del Santo Padre
ofrecida por Vatican News.
Homilía del Papa
El
Evangelio de hoy nos presenta una opción, una opción cotidiana, una opción
humana pero que se ha mantenido desde ese día: la opción entre la alegría, la
esperanza de la resurrección de Jesús y la nostalgia de la tumba.
Las
mujeres van adelante y llevan el anuncio: Dios siempre comienza con las
mujeres, siempre. Abren caminos. No dudan: lo saben; lo han visto, lo han
tocado. También han visto la tumba vacía. Es cierto que los discípulos no
podían creerlo y dijeron: “Pero estas mujeres son quizás demasiado
imaginativas…” No sé, tenían sus dudas. Pero estaban seguros y al final
siguieron así hasta hoy: Jesús ha resucitado, está vivo entre nosotros.
Y
luego está el otro: es mejor no vivir, con la tumba vacía. Tantos problemas nos
traerán esta tumba vacía. Y la decisión de ocultar el hecho. Es como siempre:
cuando no servimos a Dios, al Señor, servimos al otro dios, al dinero. Recordemos
lo que dijo Jesús: son dos señores, el Señor Dios y el señor dinero. No puedes
servir a los dos. Y para salir de esta evidencia, de esta realidad, los
sacerdotes, los doctores de la ley eligieron el otro camino, el que les ofreció
el dios dinero y pagaron: pagaron el silencio. El silencio de los testigos. Uno
de los guardias había confesado, apenas había muerto Jesús: “¡Este hombre era
verdaderamente el Hijo de Dios!”.
Esta
pobre gente no entiende, tiene miedo porque la vida está en juego… y fueron a
los sacerdotes, a los doctores de la Ley. Y han pagado: han pagado el silencio,
y esto, queridos hermanos y hermanas, no es un soborno: esto es pura
corrupción, pura corrupción. Si no confiesas a Jesucristo el Señor, piensa
porque donde está el sello de tu tumba, donde hay corrupción. Es verdad que
mucha gente no confiesa a Jesús porque no lo conoce, porque no lo hemos
anunciado consistentemente, y esto es culpa nuestra. Pero cuando ante la
evidencia tomamos este camino, es el camino del diablo, es el camino de la
corrupción. Se paga y quédate callado.
Incluso
hoy, ante el próximo – esperemos que pronto – próximo fin de esta pandemia, hay
la misma opción: o nuestra apuesta será por la vida, por la resurrección del
pueblo o será por el dios dinero: volver a la tumba del hambre, la esclavitud,
las guerras, las fábricas de armas, los niños sin educación… ahí está la tumba.
Que
el Señor, sea en nuestra vida personal sea en nuestra vida social, nos ayude
siempre a elegir el anuncio: el anuncio que es horizonte, está abierto,
siempre; nos lleve a elegir el bien del pueblo. Y nunca caiga en la tumba del
dios dinero.
Finalmente,
el Papa terminó la celebración con la adoración y la bendición Eucarística,
invitando a todos a realizar la comunión espiritual.
“Creo,
Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no
puedo recibirte sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas,
Señor, que jamás me separe de Ti. Amén”.
Antes
de salir de la Capilla dedicada al Espíritu Santo, se cantó la antífona mariana
que se canta en el tiempo pascual, Regina Coeli (Reina del Cielo).
Regína caeli laetáre,
allelúia.
Quia quem merúisti
portáre, allelúia.
Resurréxit, sicut dixit,
allelúia.
Ora pro nobis Deum,
allelúia.
Larissa
I. López
Fuente:
Zenit