Plaza de San Pedro y la Basílica entre desinfección, máscaras
sanitarias, marcadores de distancia y termógrafos. Los fieles vuelven a misa y
a confesarse
Tras 71 días de encierro vuelven las confesiones y
las misas en las pequeñas capillas en los altares laterales de la basílica
vaticana. El papa Francisco realizó la misa este lunes en el altar de la tumba
de san Juan Pablo II. Con la reapertura vuelven los fieles y los turistas a San
Pedro y las Basílicas papales de Roma.
Se
trata de un recomenzar en el templo más emblemático del cristianismo en Europa
y con esto se abren las puertas de las iglesias de toda Italia para la
celebración de las misas con fieles, después de las medidas más duras de
confinamiento por el coronavirus y que dieron lugar a las innumerables
transmisiones en vivo. Por el momento, Francisco continuará presidiendo las
audiencias generales y el ángelus sin fieles y a puertas cerradas.
El imperativo
del Papa en esta fase II es respetar las medidas de seguridad para proteger al
pueblo de Dios. Así lo remarcó un día antes de la reapertura en el Regina
Caeli cuando recomendó a los fieles que fueran escrupulosos: “por
favor, sigamos adelante con las normas y prescripciones que nos dan, a fin de
salvaguardar la salud de todos y del pueblo”.
Los sacerdotes celebrantes deberán atenerse
a los protocolos establecidos por las autoridades italianas (gobierno)
y los obispos locales (CEI). Llevar guantes desechables y tapabocas durante la
misa, por ejemplo.
Ayer algunas
decenas de personas, especialmente fieles romanos, entraron en la basílica
vaticana en forma escalonada, durante las celebraciones se asegura el respeto
de las distancias. Un lugar sagrado que recibe al año un
millón de personas pero que lució igualmente vacío.
Para entrar
en la basílica hay que llevar mascarillas y desinfectarse las manos,
seguir la fila a distancia a lo largo del camino delimitado por las barreras y
bajo la columnata hay rayas amarillas en los adoquines que marcan la distancia
de dos metros de distancia social mínima.
Los avisos
recuerdan las reglas para los visitantes y a la entrada se
mide la temperatura con termógrafos. La entrada al Museo es el
único punto interno con el termógrafo. El otro está afuera, bajo la columnata.
Los visitantes que no superan los 37 grados y medio, son
dirigidos a los detectores de metales.
En las misas
en las pequeñas capillas solo se permite un máximo de 19 personas a la vez,
sentadas a distancia por cada banca, máximo tres personas. Las
confesiones son posibles, pues se han aplicado protecciones de
plexiglás en la retina que separa al fiel del sacerdote.
La Plaza de
San Pedro está cerrada al público, excepto los pasillos delimitados por barras
de metal para llegar hasta la basílica. Las Catacumbas abajo de la
basílica y la Cúpula de Miguel Ángel están cerradas debido a que los espacios
son demasiado estrechos, los ascensores y las escaleras no permiten mantener
las distancias.
El Museo del Tesoro está abierto junto con
la tienda de recuerdos que representan, por ahora, la única fuente de ingresos
económicos de la basílica de San Pedro.
Un equipo de
saneamiento está listo para desinfectar los espacios al final de cada
celebración eucarística. Sin embargo, los fieles y turistas ya no pueden tocar
el píe de la estatua de bronce de San Pedro, a la que según la tradición, se le
pedía una gracia. Esto por el riesgo de nuevos contagios.
Basílicas papales
Antes de la reapertura, la Santa Sede
también ha desinfectado las cuatro basílicas papales de Roma, San Pedro del
Vaticano, Santa María la Mayor, San Juan de Letrán y San Pablo Extramuros.
El viernes pasado un grupo de técnicos,
provistos con monos blancos, guantes y mascarillas, se ocuparon de limpiar
exhaustivamente todos los lugares.
Para preparar
las basílicas, el Vaticano ha optado por utilizar una solución con cloro
diluido, una de las opciones recomendadas por las autoridades sanitarias
mundiales.
Los ritos en Italia con fieles presentes
El pasado 7 de mayo el Gobierno italiano y
la Conferencia Episcopal Italiana firmaron un documento para permitir la
reanudación de las misas con un protocolo de seguridad a partir del 18 de mayo.
Los funerales ya no tienen un límite de
participantes (máximo 15). Los bautismos es mejor
programarlos fuera de las misas “ordinarias”. Las confesiones hay quienes
proponen hacerlas al aire libre, eso dependerá de cada párroco y sus
posibilidades.
La
reanudación de los ritos “comunitarios” para prevenir la propagación del
COVID-19 en Italia prevén el retorno de la Eucaristía a “puertas abiertas”, y
otros ritos. Así, por ejemplo, las máscaras también son necesarias para los
bautismos, funerales, confesiones y matrimonios (incluidos
los cónyuges y testigos).
Lo mismo
ocurre con el respeto de las distancias de seguridad de un metro y medio entre
cada creyente o con el gel que debe utilizarse para desinfectar las manos antes
de entrar en la iglesia. Los bautismos, en algunas zonas italianas, no se
celebrarán con varios niños. Una sugerencia del protocolo es evitar, por
ejemplo, el rito de la inmersión prefiriendo la infusión.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente: Aleteia






