El
29 de junio la Iglesia celebra
la Solemnidad
de San Pedro y San Pablo, sin embargo, hay algunas dudas sobre las
verdaderas razones de por qué la fiesta de ambos apóstoles se celebra el mismo
día
1. San Agustín de Hipona
expresó que eran “uno solo”
En
un sermón del año 395, el Doctor de la Iglesia, San Agustín de Hipona, expresó
que San
Pedro y San Pablo “eran en realidad una sola cosa aunque fueran
martirizados en días diversos; primero lo fue Pedro, luego Pablo. Celebramos la
fiesta del día de hoy, sagrado para nosotros por la sangre de los apóstoles.
Procuremos imitar su fe, su vida,
sus trabajos, sus sufrimientos, su testimonio y su doctrina”.
2. Ambos padecieron en
Roma
Fueron
detenidos en la prisión Mamertina, también llamada el Tullianum, ubicada en el
foro romano en la Antigua Roma. Además, fueron martirizados en esa misma
ciudad, posiblemente por orden del emperador Nerón.
San
Pedro pasó sus últimos años en Roma liderando a la Iglesia durante la
persecución y hasta su martirio en el año 64. Fue crucificado cabeza abajo a
petición propia, por no considerarse digno de morir como su Señor. Fue
enterrado en la colina del Vaticano y la Basílica de San Pedro está construida
sobre su tumba.
San
Pablo fue encarcelado y llevado a Roma, donde fue decapitado en el año 67. Está
enterrado en Roma, en la Basílica de San Pablo de Extramuros.
3. Son fundadores de la
Iglesia de Roma
En
la homilía del 2012 por la Solemnidad de San Pedro y San
Pablo, el Papa Benedicto aseguró que en Roma “su vinculación como hermanos
en la fe ha adquirido un significado particular. En efecto, la comunidad
cristiana de esta ciudad los consideró una especie de contrapunto de los
míticos Rómulo y Remo, la pareja de hermanos a los que se hace remontar la
fundación de Roma”.
4. Son patronos de Roma
y representantes del Evangelio
En
la misma homilía, el Santo Padre llamó a estos dos apóstoles “patronos
principales de la Iglesia de Roma”.
“La
tradición cristiana siempre ha considerado inseparables a San Pedro y a San
Pablo: juntos, en efecto, representan todo el Evangelio de Cristo”, detalló.
5. Son la versión
contraria de Caín y Abel
El
Santo Padre también presentó un paralelismo opuesto con la hermandad presentada
en el Antiguo Testamento entre Caín y Abel.
“Mientras
que la primera pareja bíblica de hermanos nos muestra el efecto del pecado, por
el cual Caín mata a Abel, Pedro y Pablo, aunque humanamente muy diferentes el
uno del otro, y a pesar de que no faltaron conflictos en su relación, han
constituido un modo nuevo de ser hermanos, vivido según el Evangelio, un modo
auténtico hecho posible por la gracia del Evangelio de Cristo que actuaba en
ellos”, relató el Santo Padre Benedicto XVI.
6. Porque Pedro es la
“roca”
Esta
celebración recuerda que San Pedro fue elegido por Cristo: “Tú eres Pedro y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, quien con humildad aceptó la misión de
ser “la roca” de la Iglesia y apacentar el rebaño de Dios a pesar de sus
debilidades humanas.
Los
Hechos de los Apóstoles ilustran su papel como cabeza de la Iglesia después de
la Resurrección y Ascensión de Cristo. Pedro dirigió a los Apóstoles como el
primer Papa y aseguró que los discípulos mantuvieran la verdadera fe.
Como
explicó en su homilía el Sumo Pontífice Benedicto XVI, “en el pasaje del
Evangelio de San Mateo (…), Pedro hace la propia confesión de fe a Jesús
reconociéndolo como Mesías e Hijo de Dios; la hace también en nombre de los
otros apóstoles. Como respuesta, el Señor le revela la misión que desea
confiarle, la de ser la ‘piedra’, la ‘roca’, el fundamento visible sobre el que
está construido todo el edificio espiritual de la Iglesia”.
7. San Pablo también es
columna del edificio espiritual de la Iglesia
San
Pablo fue el apóstol de los gentiles. Antes de su conversión era llamado Saúl,
pero después de su encuentro con Cristo y conversión, continuó hacia Damasco
donde fue bautizado y recobró la vista. Tomó el nombre de Pablo y pasó el resto
de su vida predicando el Evangelio sin descanso a las naciones del mundo
mediterráneo.
“La
tradición iconográfica representa a San Pablo con la espada, y sabemos que ésta
significa el instrumento con el que fue asesinado. Pero, leyendo los escritos
del apóstol de los gentiles, descubrimos que la imagen de la espada se refiere
a su misión de evangelizador. Él, por ejemplo, sintiendo cercana la muerte,
escribe a Timoteo: «He luchado el noble combate» (2 Tm 4,7).
No
es ciertamente la batalla de un caudillo, sino la de quien anuncia la Palabra
de Dios, fiel a Cristo y a su Iglesia, por quien se ha entregado totalmente. Y
por eso el Señor le ha dado la corona de la gloria y lo ha puesto, al igual que
a Pedro, como columna del edificio espiritual de la Iglesia”, expresó Benedicto
XVI en su homilía.
Por Diego
López Marina
Fuente:
ACI