Virgen y Fundadora, 15 de junio
Martirologio Romano: En Valencia, en
España, santa María Micaela del Santísimo Sacramento Desmaisières, virgen,
fundadora de la Congregación de las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la
Caridad, que con tenaz empeño e inflamada en el deseo de ganar almas para Dios,
consagró su vida en volver al buen camino a las jóvenes descarriadas y a las
meretrices (1865).
Fecha de canonización: El 7 de junio de
1925 el Papa Pío XI la proclamó beata, el mismo pontífice la canonizó el 4 de
marzo de 1934.
Breve
Biografía
Micaela Desmaisiéres y López de Dicastillo, vizcondesa de Jorbalán, nació en Madrid el 1 de enero de 1809, en plena Guerra de la Independencia Española, en el seno de una familia de la aristocracia. Micaela se educó en las religiosas Ursulinas de Pau, pero al quedarse huérfana de padre en 1822, regresó al hogar familiar.
De
su madre recibió una educación piadosa y de acuerdo a la clase social a que
pertenecía. De sus ocho hermanos, casi todos murieron prematuramente salvo sus
hermanos Dolores y Diego, éste ausente por sus negocios y cargos diplomáticos.
Esto la obligó a ocuparse de los intereses familiares, desarrollándose así en
ella un carácter enérgico y dotes de gobierno y organización. Aunque la
pretendió el hijo del marqués de Villadarias, a la muerte de su madre en 1841,
decide consagrar su vida a la caridad y a Dios.
Tras una visita al Hospital de San Juan de Dios, se conciencia de la lacra de la prostitución, y en abril de 1845, funda un colegio para redimir a las prostitutas en una casa en la calle de Dos Amigos de Madrid. El 12 de octubre de 1850, deja los fastos de la corte de Isabel II, para vivir con sus chicas en el colegio. Tras grandes dificultades, para 1856 el colegio ha crecido y ya tiene con ella algunas colaboradoras. Ve la necesidad de formar una comunidad que dé estabilidad a la obra, surge así la Congregación de Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad.
Tras una visita al Hospital de San Juan de Dios, se conciencia de la lacra de la prostitución, y en abril de 1845, funda un colegio para redimir a las prostitutas en una casa en la calle de Dos Amigos de Madrid. El 12 de octubre de 1850, deja los fastos de la corte de Isabel II, para vivir con sus chicas en el colegio. Tras grandes dificultades, para 1856 el colegio ha crecido y ya tiene con ella algunas colaboradoras. Ve la necesidad de formar una comunidad que dé estabilidad a la obra, surge así la Congregación de Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad.
Micaela
se ha convertido ya en la Madre Sacramento y ese mismo año escribe unas
constituciones de su congregación que serán aprobadas por la Santa Sede en
1861. Al colegio de Madrid le siguen pronto, Zaragoza (1856), Valencia (1858),
Barcelona (1861), Burgos (1863), Pinto, filial de Madrid (1864), Santander (1865)
y Guadalajara (1915), ésta fundada por su sobrina María Diega Desmaissières. En
agosto de 1865, la Madre Sacramento al enterarse de que en Valencia estalla una
epidemia de cólera, decide viajar en tren a Valencia para ayudar a las
religiosas y colegialas de su casa durante una epidemia de cólera que también
acabó con su propia vida el 24 de agosto de dicho año.
APOSTOLADO SOCIAL
APOSTOLADO SOCIAL
La
Madre Sacramento dedicó su vida a la fundación de la Congregación de Religiosas
Adoratrices y Esclavas de la Caridad, con sus colegios de reeducación,
ejerciendo así un notable influjo en la sociedad del siglo XIX. Pero su radio
de acción trasciende los límites del Instituto: actúa también en el campo
eclesial y social, unas veces a instancias de la jerarquía eclesiástica y otras
movida por las circunstancias sociales que la rodean.
También debemos señalar su apostolado con la Familia Real, particularmente con la reina Isabel II, que le ocupó buena parte de su tiempo en los últimos años de su vida, llamada por el confesor de la reina San Antonio María Claret.
Asimismo, las Escuelas Dominicales de España le deben su existencia.
También debemos señalar su apostolado con la Familia Real, particularmente con la reina Isabel II, que le ocupó buena parte de su tiempo en los últimos años de su vida, llamada por el confesor de la reina San Antonio María Claret.
Asimismo, las Escuelas Dominicales de España le deben su existencia.
Por:
Xavier Villalta A.