El padre Mario Arroyo Martínez Fabre
retoma su serie de artículos “Teología para Millennials”, en exclusiva
para zenit
![]() |
Carlo Acutis ©Www.Carloacutis.Com |
Hoy,
el sacerdote habla sobre la reciente noticia de la beatificación de Carlo Acutis, joven italiano fallecido en
2006 que cultivó su pasión por la informática e internet, ofreciendo ejemplo de
ciber-apostolado con una página sobre milagros eucarísticos.
En
esta línea, tomando como ejemplo la vida de Acutis, el sacerdote reflexiona
sobre la importancia de contar con un “santo millennial” en el mundo actual,
que demuestre que “el camino cristiano es realizable” también hoy.
Un santo milennial
No
hay un consenso exhaustivamente preciso para señalar el inicio y el fin de la
generación “millennial” pero, lo que sí está claro, es que las personas nacidas
en 1991 son millennials, pues caen dentro de esta demarcación en todos los
indicadores de referencia. Carlo Acutis nace en ese año, Carlo Acutis es
millennial, Carlo Acutis va a ser beatificado próximamente; es decir, el Papa
va a reconocer solemnemente que ya goza de la presencia de Dios y puede
interceder desde el Cielo por el pueblo cristiano. Tenemos, en consecuencia, a
un santo millennial.
¿Por
qué es importante contar con un “santo millennial”? Lo sabemos muy bien: para
el cristiano el único modelo es Cristo. A Él es a quien hay que imitar, pero
¿es posible hacerlo? Los santos nos confirman en que eso es posible, en que el
cristianismo no es una bonita doctrina imposible de vivir, sino que puede
encarnarse en la vida de personas de todas las épocas y latitudes. Por eso son
importantes los santos, pues nos animan en nuestro camino, nos hacen ver que, a
pesar de los esfuerzos y sacrificios, el camino cristiano es realizable, pues
personas como nosotros lo han recorrido con éxito. ¡Es posible identificarse
con Jesucristo en el mundo de hoy!, eso es lo que proclama un “santo
millennial”.
Vale
la pena insistir. Pudiéramos escudarnos en excusas baratas: “cuando Jesús vivió
no había carros, ni internet, ni pornografía, ni redes sociales; cuando la
mayoría de los santos vivieron, tampoco, quizá antes se podía, ahora ya no se
puede”. Podríamos, con razonamientos más o menos semejantes, justificarnos
pensando que la santidad no es asunto nuestro, pues ahora el pecado está “a un
clic de distancia en nuestro smartphone”, y eso no sucedía antes. Tener un
santo millennial derriba todas esas excusas, mostrándonos cómo se puede amar e
imitar a Jesucristo en el mundo de hoy, y no en otro ideal e inexistente.
Carlo
Acutis creció y vivió con internet, alcanzó a conocer Facebook, aunque ya
no le tocó el iPhone, pues murió en 2006, mientras que ese teléfono
inteligente fue lanzado en 2007. Cultivó la pasión por la informática, para la
que tuvo gran talento. De hecho, Acutis abre una nueva avenida para dar a
conocer a Dios y servirlo: el mundo virtual. En el mismo ámbito en que multitud
de personas han encontrado ocasión para el enfriamiento de su fe y el
empobrecimiento de su moral, Carlo Acutis descubre el ámbito desde el cual se
puede servir a Dios, dar buena doctrina, comunicar el evangelio. Ofrece un
acabado ejemplo de “ciber-apostolado”, donde enlaza maravillosamente la
profundidad de su vida cristiana con su capacidad técnica para diseñar páginas
web. Une la vida de fe con una precoz competencia profesional en el campo de la
informática. Fruto de ese binomio es www.miracolieucaristici.org,
una página sobre milagros eucarísticos que ha servido para evangelizar a
jóvenes a lo largo y a lo ancho del mundo, en parroquias, colegios y
universidades.
Un
chico normal, con habilidades en el ciberespacio, amante del aire libre –el
abundante testimonio fotográfico que de él tenemos da cuenta de ello-, con
profunda inquietud social, nos muestra un camino no fácil, no cómodo, pero
sencillo para alcanzar la meta de la vida cristiana: la santidad; esto es, amar
a Jesucristo e imitarlo. ¿Cuáles fueron las claves de esa vida profundamente
humana y cristiana? Él mismo lo dice: “Estar siempre unido a Jesús, ese es mi
proyecto de vida”. ¿Y cómo lo consiguió?, nuevamente, de sus labios obtenemos
la respuesta, pues consideraba a la Eucaristía “mi autopista hacia el cielo”.
Un
millennial que simultáneamente es un santo cibernauta y eucarístico. Si no se
está primero lleno de Jesús, no se puede evangelizar el frío mundo digital. Una
vez colmado de Jesucristo, puede lanzarse con audacia a la evangelización del
ciberespacio. Acutis tenía un “kit para hacerse santo”, que marcaba su
“plan de vida”: Eucaristía, rosario y lectura diaria de la Biblia, confesión
frecuente y ayuda a los necesitados a través de la catequesis y la asistencia a
comedores para indigentes. Es decir, armonizaba competencia profesional, vida
cristiana y ayuda social con una gran naturalidad, sin afectaciones escénicas,
al punto de que solo en el momento de su muerte su familia y amigos fueron
conscientes de la labor social que realizaba.
Finalmente,
el milagro que le abrió el camino a los altares, fue la curación instantánea,
al contacto con su reliquia, de un páncreas anular que provocaba vómitos
constantes a un niño brasileño. Tenemos ahora un modelo de cómo internarnos en
el agresivo mundo virtual, para transformarlo, vacunados con el amor hacia
Cristo Eucaristía.
Por
el padre Mario Arroyo
Fuente:
Zenit