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exclusiva para ‘zenit’
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Padre Míċéal O'Neill, Prior General de los Carmelitas (C) Orden de los Carmelitas |
Este
16 de julio se celebra con gran júbilo y tradición la solemnidad de la Virgen del Carmen a nivel mundial.
Estamos ante una devoción tan antigua como presente en la vida de las
comunidades de religiosos y laicos que la veneran como “Flor del Carmelo” o,
que en la religiosidad popular la llaman simplemente “Mamacha Carmen”.
Ella
es la que entregó a san Simón Stock a mediados del siglo XIII, el escapulario
marrón y blanco que con tanta devoción llevan los frailes, las religiosas y los
fieles, que han hecho de esta prenda su protección y un camino de perfección.
Para
preparar tan significativa fiesta, que este año no tendrá procesiones ni
bombardas, zenit conversó con el padre Míċéal O’Neill, prior general
de la Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen
María del Monte Carmelo, conocidos como los Carmelitas.
Ya
inmerso en sus deberes en Roma, asumidos algunos meses atrás, el fraile de
origen irlandés reflexiona sobre estos tiempos de la pandemia, así como acerca
de la Iglesia en Europa, mientras anhela que los carmelitas mantengan vigentes
su respuesta y compromiso a los llamados y reformas del papa Francisco.
zenit: Estamos padeciendo
las consecuencias de una pandemia a nivel mundial, con cerca de medio millón de
fallecidos, ¿Cómo podemos descubrir la voluntad de Dios en esta tragedia para
la humanidad?
Padre Míċéal O’Neill: Durante este tiempo de
la pandemia me han venido muchas veces las palabras del Evangelio que hablan de
cómo María meditaba todas estas cosas en su corazón. Siguiendo este modelo,
nosotros podemos también meditar y dar un significado a todo lo que está
pasando, y el significado va siempre en la dirección de la salvación. Por
ejemplo, la pandemia nos ha mostrado que sin Dios no podemos hacer nada, que lo
que ha salvado tantas vidas ha sido la responsabilidad, seriedad, y solidaridad
de muchos y si no hay honestidad y transparencia, se genera mucho daño. Todos,
inclusive los responsables de las naciones, meditando y analizando, encontrarán
el significado más importante de esto para cada uno de ellos.
zenit: Usted ha señalado
en su mensaje a la Orden Carmelita para la fiesta de la Virgen
de este año, que esta pandemia ha permitido redescubrir en las comunidades, lo
que son las verdades de la fe y la vocación religiosa. ¿Cómo entender esto y
valorarlo?
Padre Míċéal O’Neill: Otra vez, respondo en
forma personal. Estoy pensando en lo que he visto en la comunidad de nuestra
Curia y lo que los miembros de otras comunidades me han contado. Permanecer más
tiempo en casa juntos nos ha permitido tener conversaciones prolongadas, en las
que hablamos de nuestra impotencia y de la necesidad de orar mucho. Hemos
reconocido entre nosotros cómo cada uno reacciona al problema del virus,
apoyándonos los unos a los otros en momentos difíciles. Hemos compartido la
preocupación por el virus, y las necesidades de la gente. Me entristece la idea
de que podríamos perder todo eso cuando volvamos a la así llamada, normalidad.
zenit: La fiesta de la
Virgen del Carmen no se podrá celebrar igual que otros años, especialmente lo
que se refiere a las procesiones. ¿Cómo invitaría a vivir esta fiesta en los
hogares y comunidades, especialmente en América Latina que tanto expresa su
religiosidad popular?
Padre Míċéal O’Neill: Es imposible sustituir
una fiesta, una procesión, un concierto, una verdadera celebración. Creo que
este año vamos a estar en ayunas. Ya hemos experimentado un ayuno eucarístico.
Igual ahora vamos a sentir la falta de todo lo que sería normal en la
celebración de la solemnidad. Puede ser que ayunar nos llevara a entender mejor
la belleza de lo que muy fácilmente tomamos por descontado. Además, la escucha
de la Palabra de Dios tiene una importancia primordial. Leer, escuchar, meditar
la palabra, a solas o en grupos pequeños, podría ser una forma muy válida de
honrar a la Virgen, ella que más que nadie ha sabido obedecer a la Palabra.
zenit: Al tener su sede en
Roma, puede seguir muy de cerca el desarrollo de las actividades y mensajes del
papa Francisco. ¿Cómo valora usted su pontificado, a los siete años de haber
sido elegido?
Padre Míċéal O’Neill: Es increíble que hayan
transcurrido ya siete años del pontificado del Papa Francisco, y que aún, a su
edad, sigue con la misma fuerza, guiándonos todos los días. Es un don del
Espíritu Santo para la Iglesia y para el mundo en este periodo de la historia.
La dimensión de su vida que más me inspira es su apego constante al Evangelio,
y la forma tan consistente en que continúa proclamando el Evangelio, a pesar de
una oposición fuerte en el seno de la Iglesia. Está reformando la Iglesia, pero
con su ritmo, y con su sabiduría, frente a la oposición. La reforma ahora está
en el corazón de los fieles, que sienten que nuevamente pertenecen a la Iglesia
y no se sienten excluidos. La reforma que tiene que llegar todavía, es la
reforma de las actitudes en ciertos círculos de poder dentro de la Iglesia.
zenit: Un tema recurrente
en él ha sido lo referido al medio ambiente. ¿Cómo han asumido los carmelitas
el llamado del Santo Padre para el cuidado de la casa común?
Padre Míċéal O’Neill: Hace algunos años
nuestra Orden empezó a estar representada ante las Naciones Unidas por medio de
la ONG Carmelita. Una de las plataformas de nuestra presencia dentro de los
organismos de las Naciones Unidas es la salvaguarda de la casa común y el
desarrollo sostenible. Además, en el último Capítulo General, hemos asumido
posiciones fuertes en cuanto a la práctica diaria en nuestras comunidades: esto
significa usar menos plástico, mantener una disciplina correcta de reciclaje,
reducir nuestra dependencia del carbón. Y, por último, en nuestras escuelas hay
un esfuerzo de promover esta misma sensibilidad y sentido de responsabilidad
hacia la casa común.
zenit: Otro fenómeno que
advierte el Papa es la migración e incluso ha incorporado una nueva letanía a
la Virgen María como “Consuelo de los migrantes”. ¿Cuál debe ser la actitud de
las congregaciones religiosas ante este fenómeno tan doloroso?
Padre Míċéal O’Neill: La respuesta más obvia
tal vez es que tenemos que seguir creyendo y predicando que todo hombre y toda
mujer es hijo o hija de Dios, amado y amada por Dios y creado o creada a su
imagen y semejanza. Entonces la idea de rechazar a un inmigrante contradice
radicalmente nuestra fe. Segundo, la búsqueda de la justicia significa que
tenemos que trabajar mucho para identificar la causa o las razones de la
migración y tratar el problema del tráfico de personas. Tercero, si tenemos la
posibilidad, debemos ofrecer toda la hospitalidad que podamos a las personas
que la necesiten.
zenit: En su opinión
¿cuáles el principal desafío de la vida religiosa frente a la nueva
evangelización, especialmente en Europa?
Padre Míċéal O’Neill: El contexto es una Europa
secularizada, una Europa que ha descubierto los defectos de la Iglesia, y una
Europa que, habiendo abandonado una antigua sabiduría, la ha remplazado con un
modo de pensar, menos exigente, menos profundo, y con una visión de la persona
humana muy empobrecida. En esta sociedad secularizada, la Iglesia no debe gozar
de ningún privilegio, ni sufrir tampoco ningún obstáculo. Esa es la parte que
me gusta, por que nos invita y nos permite tener mucha confianza en el valor
del Evangelio y con eso participar, con humildad, pero con seguridad también,
en todo tipo de debate y de programación en la vida tanto pública como privada
en la Europa de hoy.
zenit: ¿Y a nivel de las
vocaciones a la vida consagrada? ¿Cómo se puede volver atractiva la vida
religiosa para la juventud europea?
Padre Míċéal O’Neill: Cada persona humana tiene
una vida espiritual, y creo que muchos jóvenes, y personas mayores, tienen
dentro una conversación que se podría llamar espiritual. Nosotros religiosos y
religiosas, tenemos que ser esas personas con las cuales aquellas personas
tengan la posibilidad de conversar. Debemos construir también un ambiente en el
cual una persona que empieza a reconocer una llamada interior pueda ser ayudado
a fortalecer su sentimiento y intuición. En cuanto a la vida consagrada misma,
es cierto, en el momento en que la vida, o la forma de vivir, no habla más de
Jesús, o del Evangelio, o de una apertura al Espíritu Santo, o de la madurez
cristiana o de un verdadero espíritu misionero, entonces tenemos que cambiar, y
saber cambiar, todo lo que podría ser un falso testimonio, todo lo que es una
creación puramente humana y ciertos estilos obviamente alienantes.
zenit: Ya han transcurrido
casi diez meses desde su elección como prior general. ¿Cuáles son los
principales retos y objetivos que se ha planteado para su periodo y qué
dificultades se han decidido a superar?
Padre Míċéal O’Neill: El Consejo General está
trabajando ya su plan global y orgánico para el sexenio en base a lo que el
Capítulo General nos pide. Las prioridades son la formación, la vida
comunitaria, y un examen de nuestro testimonio frente a las exigencias del
mundo de hoy. La reunión de la comunidad es un elemento que vamos a subrayar.
Si celebramos bien la reunión de la comunidad, allí podemos hablar de todas las
dimensiones importantes de nuestra vida. Vamos también a tratar la cuestión de
vocaciones con urgencia. Luego el cuidado de la casa común, el amor por la
liturgia y la necesidad de crear ambientes seguros para menores y personas
vulnerables, es algo que necesita atención. Por último, publicaremos nuestras
nuevas constituciones, esperando que todo esto contribuirá a la misión de
proclamar el Evangelio a todas las naciones, y ser nosotros buena nueva para
los pobres.
zenit: ¿Cómo está
extendida la Orden en el mundo? ¿Con cuántos miembros cuentan actualmente? ¿En
qué países se extienden más?
Padre Míċéal O’Neill: Si hablo solamente de
los frailes, somos alrededor de dos mil en todo el mundo. La provincia mas
fuerte es la de Indonesia; hay una cierta “asianización” de nuestra Orden, que
creo no es únicamente algo de los Carmelitas. Me alegro de la energía que
tenemos en América Latina, y en África, y sigo con entusiasmo los brotes de
vida que hay en América del Norte, en Europa y en Australia. Estoy bastante
animado también por la forma en que estamos hablando de Familia Carmelita,
tratando de fortalecer el sentido de familia por todas partes, y la colaboración
entre los varios sectores, sea monjas, congregaciones de vida apostólica,
Tercera Orden y formas nuevas de vida carmelita entre los laicos y laicas.
Varias de las ultimas fundaciones nuevas han nacido como fruto de la
colaboración dentro de la familia.
zenit: También estamos
cerca de la fiesta del beato carmelita mártir Tito Brandsma (26 de julio).
¿Cuál es el mensaje de este religioso y periodista para la sociedad de hoy?
Padre Míċéal O’Neill: Tito es el hombre que
quiso ganar el mundo para el Señor. Hombre culto y profundamente comprometido,
demuestra la verdad de la vocación carmelita a dejar espacio para Dios en
nuestra vida, vivir en íntima unión con Jesús y María, oponerse al mal y dar la
propia vida por los demás. Religioso y periodista, aceptó la responsabilidad
del Evangelio hasta las últimas consecuencias.
zenit: Finalmente, ¿cuál
es su mensaje a todos aquellos -religiosos y laicos-, que llevan con fe el
escapulario de la Virgen del Carmen?
Padre Míċéal O’Neill: Deseo para todos una
celebración significativa de la fiesta del Carmen, que seamos siempre
protegidos y guiados por la Virgen María, y que seamos capaces de reconocer
todo lo que hemos recibido del Señor. Y con María, meditar y agradecer al Señor
por las maravillas que ha hecho en Ella y en nosotros.
José
Antonio Varela Vidal
Fuente:
Zenit