“La
fe nos libera del miedo, nos da esperanza e interpela a los
desencantados”
Mons. Julián Barrio bendice el relicario de Santiago Apóstol. Foto: ArchiCompostela |
Así
se expresó el Arzobispo de Santiago de Compostela, España, Mons. Julián Barrio,
en la Misa celebrada con motivo de la Solemnidad del Apóstol Santiago en la
iglesia del monasterio de San Martín Pinario.
Tradicionalmente,
esta ceremonia se celebra en la Catedral en la que se veneran sus reliquias,
pero al encontrarse en obras de restauración, el culto se ha trasladado a la
cercana iglesia de San Martín Pinario.
La
Misa dio comienzo con la procesión de la imagen relicario de Santiago el Mayor,
escoltada por los caballeros de las diferentes Órdenes Militares, en la que
también participará el rey de España, Felipe VI.
Durante
la Misa, el rey realizó la ofrenda real al Apóstol y, a continuación, el
Arzobispo pronunció su respuesta-homilía.
En
ella, Mons. Barrio recordó que “las epidemias no están hechas a nuestra medida.
Por lo tanto, las consideramos como un mal sueño del que esperamos despertar.
Siempre nos sorprenden, generando en nuestra convivencia diaria la
duda y el miedo y haciéndonos salir de la burbuja en que parecía que todo
lo teníamos controlado, para caer en la cuenta de lo esencial de la vida y de
la urgencia de ayudarnos mutuamente”.
En
estos meses de pandemia “hemos sentido la necesidad de la ternura humana,
de acompañar y sentirse acompañado, dirigiendo la mirada al entorno y al
cielo pidiendo la ayuda también del apóstol Santiago, nuestro Patrono, para
superar esta pandemia y librarnos de otra no menos hiriente en la condición
humana como es una vida sin sentido, sin esperanza y sin amor”.
Para
hacer frente a las consecuencias del virus, pidió un mayor sentido del bien
común y menos actitudes egoístas, porque “la unidad en la colaboración, la
reconciliación ante el enfrentamiento, la libertad, el respeto a los derechos y
la responsabilidad ante los deberes, la inquebrantable defensa de la dignidad
humana, la solidaridad y la cultura del cuidado común son logros a los que no
podemos renunciar y que nos ayudarán a superar la crisis humanitaria,
también en una Europa que ha nacido peregrinando en torno a la memoria del
apóstol Santiago”.
“Es
preciso discernir lo que nos ocurre buscando la salud del alma y del cuerpo, y
las soluciones para reconstruir el tejido económico, teniendo en cuenta siempre
el bien común”, subrayó.
Advirtió
que “arrancar las raíces de nuestro origen nos lleva a la pérdida del sentido
ético y religioso, diluyendo la dimensión transcendente”, y sentenció que
“el individualismo favorece un estilo de vida que debilita el desarrollo y la
estabilidad de los vínculos entre las personas, generando violencia, injusticia
y opresión. Todos estamos en la misma barca, frágiles y desorientados”, aseguró
citando al Papa Francisco.
Fuente:
ACI Prensa