Un testimonio de tenacidad que no deja indiferente a nadie
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| Santa Luisa de Marillac |
Nadie con un pequeño grado de sensibilidad
podría quedar incólume ante la tenacidad, el celo y el deseo de servir a
Jesucristo y a su Iglesia del padre Miguel José Medina Oramas, párroco de Santa
Lucía de Marillac, en Mérida, capital de Yucatán (al sureste de México).
La imagen
cuenta por mil palabras: un sacerdote revestido, oficiando
Misa a través de redes sociales; demacrado y con puntas de oxígeno en la nariz;
obviamente padeciendo el virus, pero también entregando su esfuerzo por el bien
de sus fieles.
Fue
contagiado y desde hace unos días transmite la Misa por Facebook. Su cuenta ya
asciende a 19,000 seguidores. Decidió que “no se iba a quedar con los brazos
cruzados” durante la pandemia.
Y no se
quedó. Primero desde su habitación y luego ya en alguna capilla del templo,
sigue en contacto con sus parroquianos, y con mucha gente más que se está
uniendo a sus transmisiones dado lo inusitado del esfuerzo. La fatiga es
inmensa.
Muchos de los
fieles que le siguen por redes sociales le agradecen su testimonio, aunque
otros, quizá compadecidos por el esfuerzo que denota el padre Medina (quien
acaba de cumplir 66 años, de los cuales lleva 38 como sacerdote) le piden que
mejor guarde reposo.
Su fuerza para enfrentar la Covid-19
–afirma—viene de sus hermanas y hermanos religiosos que piden por él; además,
el transmitir la Misa por Facebook le hace feliz porque está convencido de que
su entrega tiene un fin sobrenatural. También se une a la comunidad para rezar
con ella el Santo Rosario.
“Confío
profundamente en el poder de la oración y creo que gracias a ello puedo estar
de pie al enfrentarme al Covid-19, la caricia de Dios en mi corazón y su
dulzura a través de tantos hermanos orando por mí”, dijo el padre Medina en
declaraciones reproducidas por El Universal.
Los
testimonios en su perfil son muestra clara del impacto que está teniendo el
testimonio de este sacerdote yucateco.
Como el de
Ángeles del Carmen Pérez Álvarez: “Gracias Dios de misericordia porque has
permitido que el padre Miguel, a pesar de estar enfermo, haya seguido
pastoreando a sus ovejas desde las redes sociales. Bendícelo Padre Santo
dándole la sanación, si es Tu voluntad. Amén”.
El pasado 11
de agosto la página oficial de la parroquia de Santa Luisa de Marillac había
emitido el siguiente mensaje:
“Buenas
noches, queridos hermanos en Cristo, agradecemos de todo corazón sus oraciones
y su cariño. Queremos por este medio informarles el estado de salud de Pbro.
Miguel José Medina Oramas. Ha resultado positivo a la prueba del Covid-19,
después de recibir los resultados ya está bajo tratamiento médico y los
cuidados requeridos en la Iglesia”.
En una
reciente Eucaristía, el padre Medina dijo que, aunque le cuesta mucho trabajo
dormir por la noche, encontró cuál era su misión: orar por los enfermos y por
los moribundos que se encuentran hospitalizados por el coronavirus. Y para que
Dios los proteja, como a él lo está protegiendo hasta ahora.
Jaime Septién
Fuente: Aleteia






