Así
lo indicó el Santo Padre este 12 de septiembre, fiesta del Santo Nombre de
María
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| El Papa Francisco. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
El
Papa Francisco afirmó que “la Virgen no olvida, no olvida nuestras súplicas: es
Madre”.
Así
lo indicó el Santo Padre este 12 de septiembre, fiesta del Santo Nombre de
María, al recibir en audiencia a los familiares de las víctimas que fallecieron
en una discoteca de la localidad italiana de Corinaldo (Ancona) el 8 de
diciembre de 2018.
“Este
encuentro ayuda a mi y a la Iglesia a no olvidar, a tener en el corazón, y
sobretodo a confiar a sus seres queridos al corazón de Dios Padre”, dijo el Papa
quien agradeció a los presentes por compartir su dolor y su oración.
“Cada
muerte trágica trae consigo un dolor grande. Pero cuando roba a cinco
adolescentes y una madre joven, es inmenso, insoportable sin la ayuda de Dios”,
reconoció el Santo Padre quien añadió que no entra “en las causas que llevaron
a los accidentes en ese club nocturno donde murieron sus familiares. Pero me
uno de todo corazón a su sufrimiento y su legítimo deseo de justicia”.
En
esta línea, el Papa destacó que quería ofrecerles “una palabra de fe, de
consolación y de esperanza”.
Acerca
del lugar en donde ocurrió la tragedia, el Santo Padre señaló que la población
de Corinaldo está ubicada cerca del Santuario de Nuestra Señora de Loreto “y
entonces yo quiero -queremos- pensar que Ella, como Madre, nunca les ha quitado
la mirada, especialmente en ese momento de dramática confusión; que los
acompañó con su ternura”.
“¡Cuántas
veces la han invocado en el Ave María: ‘ruega por nosotros pecadores, ahora y
en la hora de nuestra muerte’! Y aunque si en aquellos instantes caóticos no
han podido hacerlo, la Virgen no olvida, no olvida nuestras súplicas: es Madre.
Seguramente los ha acompañado en el abrazo misericordioso de su Hijo Jesús”,
advirtió el Papa.
Además,
el Santo Padre recordó que la tragedia ocurrió en la noche, en las primeras
horas del 8 de diciembre de 2018, fiesta de la Inmaculada Concepción, y que en
ese mismo día al finalizar el Ángelus “rezó con la gente por las jóvenes
víctimas, los heridos y por ustedes familiares”.
“Sé
que muchos, comenzando por sus obispos, aquí presentes y por sus sacerdotes y
sus comunidades, los han sostenido con la oración y el afecto”, dijo el Papa
quien añadió que “también mi oración por ustedes continúa y los acompaño con mi
bendición”.
En
este sentido, el Papa dijo que “cuando perdemos a nuestro papá o mamá somos
huérfanos. Hay un adjetivo: huérfano, huérfana. Cuando en el matrimonio se
pierde al cónyuge, quien permanece es viudo o viuda. Hay un adjetivo también
para esto. Pero cuando se pierde un hijo, no existe un adjetivo. La pérdida de
un hijo es imposible ‘adjetivar’. Perdí a mi hijo ¿qué soy? No, no soy ni
huérfano, ni viudo. Perdí un hijo, sin adjetivo, no hay. Y esto es su gran
dolor”.
Finalmente,
el Santo Padre invitó a rezar juntos un Ave María por las víctimas: Asia,
Benedetta, Daniele, Emma, Mattia y Eleonora.
Fuente:
ACI Prensa






