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En 2030, los
matrimonios mixtos en Italia superarán los 35.800. Según los últimos datos del
Istat en el país, actualmente los matrimonios en los que uno de los cónyuges es
extranjero serían alrededor de 24.000. A partir de estos números surge la
conferencia "Parejas y Religiones": Unidos en la vida, diferentes en
la fe". El encuentro promovido por la red "Mujeres de fe en
diálogo" junto con "Religiones por la Paz", quiso ser un momento
de confrontación para entender cómo, en un mundo globalizado, una familia con
cónyuges de diferentes países y religiones, se enfrentan a cuestiones
relacionadas con la educación y la vida cotidiana y cómo las diferencias les
afectan.
Un amor basado en el respeto
"Ya
hace varios años -explica Franca Coen Vicepresidenta de Religiones por la Paz
Italia- que seguimos de cerca a estos cónyuges, tratando de acompañarlos en las
dificultades que pueden surgir de las diferencias culturales y religiosas que
debe afrontar una pareja mixta. Es un tema que no se discutió mucho antes, pero
que hoy en día la globalización nos lleva a tener que enfrentarnos cada vez
más. Creo que en la base de todo está el respeto y el amor mutuo de los que
eligen. Pero también debe haber un trabajo de apoyo de toda la comunidad para
que nadie se sienta solo".
Fais y Luisella
Durante el
encuentro hubo varios testimonios de parejas mixtas por su origen o credo. Como
la historia de Fais y Luisella Osman, él musulmán, ella católica. Una historia
nacida entre los pupitres de la universidad en los años sesenta, que luego se
convirtió en un amor que duró sesenta años. "Vine a Roma desde Sudán del
Sur para estudiar medicina - cuenta Fais - nos conocimos en la universidad y al
principio nació una hermosa amistad, que poco a poco se convirtió en un vínculo
más fuerte". La diferencia de creencia era para ellos motivo de una
complicidad aún más sentida. "Me acompañaba a la iglesia y yo iba a menudo
con él a la mezquita - explica Liliana - veíamos cuáles eran las convergencias
de nuestras creencias, y cuando nació nuestra hija Giorgia, fue bautizada y
luego tomó la comunión y juntos también la introdujimos en los fundamentos del
Islam". Y aunque haya habido momentos de dificultad, como en toda familia,
el amor y el respeto mutuo siempre les ha ayudado a salir adelante: "Esto
es lo que recomiendo a las jóvenes parejas mixtas que quieren casarse - dice
Fais -: no presten demasiada atención a las críticas, pero respeten sus
diferencias, que sólo así se convierten en una riqueza para ambos".
Francesca y Valentino
Francesca y Valentino Bobbio, son italianos, también
casados desde hace muchos años y tienen tres hijos. Francesca es budista, muy
activa en su grupo, y Valentino es católico, y en su parroquia participa en
muchas actividades y trabajos voluntarios. "Nuestra diferencia de
creencias religiosas - explican - nunca ha sido un problema sino un
enriquecimiento para ambos". Cuando se conocieron, Francesca
inmediatamente le dijo a su futuro marido que era budista. "Yo también -
dice Valentino - tenía claro que era practicante de mi parroquia. El resultado
después de tantos años, son tres maravillosos niños, dos de ellos budistas y
uno católico que me sigue en mi trabajo voluntario. Las puertas de nuestra casa
están abiertas a todos y cada día en la mesa añadimos siempre ese lugar extra
para los amigos que nos visitan y a menudo nacen hermosas situaciones de
confrontación y diálogo mutuo".
Marina Tomarro - Ciudad del Vaticano
Vatican News






