Mons. Pizzaballa ya era el Administrador Apostólico del Patriarcado
desde el año 2016, cuando la sede que acoge a 300 mil católicos de Israel,
Palestina, Jordania y Chipre quedó vacante. Cuando Mons. Pizzaballa fue
nombrado Administrador Apostólico, el Patriarcado tenía una deuda de más de 100
millones de dólares.
En una reciente entrevista con EWTN News en Roma, Mons. Pizzaballa
comentó que “han sido cuatro años difíciles. Yo tenía una orden clara: primero
poner orden en la administración”, lo que hizo pagando la deuda con ayuda de donaciones
internacionales, bajando costos y vendiendo algunas propiedades en Nazaret.
La imposición del palio tuvo lugar mediante una sencilla ceremonia
presidida por el Pontífice en la capilla de la residencia del Papa.
Los palios son la insignia exclusiva de los arzobispos residenciales o
metropolitanos y recuerda la unidad con el Sucesor de Pedro. Es una banda de
lana blanca en forma de collarín, adornada con seis cruces de seda negra. Es
semejante a una estola y se utiliza a modo de escapulario. Es de tela blanca
salpicada de cruces, que les envía el Papa como distintivo de su especial
dignidad.
La lana significa la aspereza de la reprensión a los rebeldes; el color
blanco, la benevolencia hacia los humildes y penitentes. Tiene cuatro cruces
situadas delante y detrás, a la derecha y a la izquierda, que significa que el
obispo debe poseer vida, ciencia, doctrina y poder. Se relaciona también con
las cuatro virtudes cardinales, teñidas de púrpura por la fe en la Pasión del
Cristo.
El nuevo Patriarca, que habla italiano, hebreo e inglés, dijo además en
la entrevista que se le encomendó la tarea de mejorar la situación pastoral en
Tierra Santa, además de alentar la unidad entre los sacerdotes y las distintas
comunidades cristianas en Jordania, Israel, Palestina y Chipre.
“Al principio fue muy difícil pero una vez que fuimos transparentes
creo que la comunidad apoyó mucho y pudimos superar nuestros problemas y
finalmente darle vuelta a la página”.
Mons. Pierbattista Pizzaballa nació el 21 de abril de 1965 en Cologno
al Serio, provincia de Bérgamo (Italia). Entró en el Seminario Menor de la
Provincia Franciscana de Cristo Rey, en Bologna, en septiembre de 1976. El 5 de
septiembre de 1984 comenzó su noviciado en el convento de La Verna.
Hizo la profesión temporal en La Verna el 7 de septiembre de 1985 y la
profesión perpetua en Bologna el 14 de octubre de 1989. Después de su primer
ciclo de estudios filosófico-teológicos, obtuvo su licenciatura en Teología en
el Pontificio Ateneo Antonianum de Roma. El 27 de enero de 1990 fue ordenado
diácono y el 15 de septiembre de 1990 fue ordenado sacerdote.
Llegó a la Custodia Franciscana de Tierra Santa el 7 de octubre de 1990
y completó sus estudios de especialización en el Studium Biblicum Franciscanum
de Jerusalén en 1993. Más tarde fue profesor de hebreo bíblico en la Facultad
Franciscana de Ciencias Bíblicas y Arqueológicas de Jerusalén.
Comenzó su servicio en la Custodia de Tierra Santa el 2 de julio de
1999. El 9 de mayo de 2001 fue nombrado Guardián del Convento de los Santos
Simeón y Ana en Jerusalén. Comprometido con el cuidado pastoral de los fieles
católicos de expresión hebrea, fue nombrado Vicario Patriarcal en 2005 hasta
2008.
El Definitorio general de la Orden de Hermanos Menores lo eligió
Custodio de Tierra Santa y Guardián del Monte Sión en mayo de 2004, cargo que
desempeñó hasta abril de 2016.
El 24 de junio de 2016, el Papa Francisco lo nombró Administrador
Apostólico del Patriarcado de Jerusalén de los Latinos. El 10 de septiembre del
mismo año recibió la consagración episcopal. Es miembro de la Congregación para
las Iglesias Orientales.
Por medio de un comunicado de prensa, el Patriarcado Latino de
Jerusalén expresó su alegría por el nombramiento: “Con sentimientos de alegría
y gratitud, la familia del Patriarcado Latino de Jerusalén, Amán, Nazaret y
Chipre, en particular los obispos, vicarios patriarcales, sacerdotes,
seminaristas, diáconos y religiosos, consagrados, el pueblo de Dios en todas
las parroquias, así como los trabajadores en las instituciones diocesanas,
felicitan al nuevo Patriarca deseándole a Su Beatitud el éxito para cumplir
estas responsabilidades excepcionales, especialmente en estas circunstancias
inusuales”.
El comunicado finalizó deseando “que Su Beatitud tenga buena salud y la
bendición divina para seguir sirviendo a nuestra Iglesia local, mientras
promueve la paz, la justicia y la reconciliación”.
Fuente: ACI Prensa