10.10.20

EVANGELIO DEL DÍA

10. Sábado de la XXVII semana del Tiempo Ordinario

Evangelio según Lucas 11, 27-28

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo:

«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».

Pero él dijo:

«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

PALABRAS DEL SANTO PADRE

Qué gracia cuando un cristiano se convierte verdaderamente en un «cristo-foro», es decir ¡«portador de Jesús» por el mundo! Sobre todo por quienes están atravesando situaciones de luto, de desesperación, de tinieblas y de odio. Y esto se entiende a través de muchos pequeños detalles particulares: por la luz que un cristiano custodia en sus ojos, por el fondo de serenidad que no queda mermado ni siquiera en los días más complicados, por las ganas de querer bien incluso cuando se sufren muchas desilusiones. En el futuro, cuando se escriba la historia de nuestros días, ¿qué se dirá de nosotros? ¿Que hemos sido capaces de esperanza, o que hemos ocultado nuestra luz? Si seremos fieles a nuestro Bautismo, difundiremos la luz de la esperanza, el Bautismo es el inicio de la esperanza, la esperanza de Dios y podremos transmitir a las generaciones futuras razones de vida. (AUDIENCIA GENERAL 2 de agosto de 2017)

Vatican News

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