24. Sábado de la XXIX semana del Tiempo Ordinario
En aquel momento
se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había
mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús respondió:
«¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás
galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís,
todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en
Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de
Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma
manera».
Y les dijo esta parábola:
Dijo entonces al viñador:
“Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta
higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”.
Pero el viñador respondió:
“Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré
alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la
puedes cortar”».
PALABRAS DEL SANTO PADRE
La invencible paciencia de Jesús y su irreductible preocupación por los pecadores, como deben provocarnos a la impaciencia con nosotros mismos! Nunca es demasiado tarde para convertirse, ¡nunca! (Ángelus 28 de febrero de 2016)
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