30. Viernes de la XXX semana del
Tiempo Ordinario
Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Había allí, frente a él, un enfermo de hidropesía, y Jesús, dirigiéndose a los escribas y fariseos, les preguntó:
“¿Está permitido curar en sábado o no?”
Ellos se quedaron callados.
Entonces Jesús tocó con la mano al enfermo, lo curó y le dijo que se fuera. Y dirigiéndose a ellos les preguntó:
PALABRAS DEL SANTO PADRE
En la tradición cristiana, fe,
esperanza y caridad son mucho más que sentimientos o actitudes. Son virtudes
infundidas en nosotros por la gracia del Espíritu Santo (cfr. CIC, 1812-1813):
dones que nos sanan y que nos hacen sanadores, dones que nos abren a nuevos
horizontes, también mientras navegamos en las difíciles aguas de nuestro
tiempo. Un nuevo encuentro con el Evangelio de la fe, de la esperanza y del
amor nos invita a asumir un espíritu creativo y renovado. Podremos sanar en
profundidad las estructuras injustas y sus prácticas destructivas que nos
separan los unos de los otros, amenazando la familia humana y nuestro planeta.
Y entonces nos preguntamos: ¿de qué modo podemos ayudar a sanar nuestro mundo,
hoy? Como discípulos del Señor Jesús, que es médico de las almas y de los
cuerpos, estamos llamados a continuar «su obra de curación y de salvación»
(CIC, 1421) en sentido físico, social y espiritual. (AUDIENCIA
GENERAL 5 de agosto de 2020)
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