Fue decapitado en Roma, pero quizás muchos no saben donde se encuentran sus restos. ¿Sabes dónde están sus reliquias?
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| María Paola Daud | Aleteia |
Su cabeza rebotó tres veces
El apóstol
probablemente murió en el 67 d. C. durante las persecuciones de Nerón. Fue
decapitado (pena de muerte «digna» reservada para ciudadanos romanos) al sur de
Roma en los campos de ejecución en Aquae Salviae.
En el lugar en el
siglo V construyeron una iglesia dedicada a él, San Paolo alle Tre Fontane,
pero no es aquí donde se encuentra su reliquia.
Sepulcro Ostiense
Tras el martirio,
el cuerpo de san Pablo fue recogido por Santa Lucina, noble matrona romana y
discípula de los dos apóstoles, que lo enterró en un lugar de su propiedad, en
la Vía Ostiense.
Un lugar muy
importante para los antiguos cristianos, donde también se enterraron a otros
mártires. Ya existía allí, en el siglo I a.C. una vasta necrópolis, el
“Sepulcro Ostiense” con diferentes tipos de tumbas.
Sobre la tumba de
San Pablo, Constantino hizo construir la primera basílica, consagrada en 324.
Colocó el cuerpo del santo en una caja de cobre debajo del altar mayor.
El templo,
inicialmente no muy grande, fue ampliado posteriormente por los emperadores
Teodosio, Arcadio y Valentiniano II, convirtiéndose así en una gran basílica de
cinco naves.
Milagrosos hallazgos
En el 1823, un
terrible incendio destruyó la antigua basílica, que después quedó reconstruida,
respetando el aspecto original de la basílica paleocristiana.
Durante los
trabajos de reconstrucción de la basílica encontraron una placa de mármol que
data del siglo IV o V, compuesta por dos piezas, con la inscripción: PAULO
APOSTOLO MART (YRI).
En la placa se
pueden ver tres orificios. Se utilizaban para obtener las llamadas “reliquias
de contacto”. En ellos se introducían pedazos de telas para que tuvieran
contacto con la tumba.
En el 2006 los
investigadores encontraron un sarcófago de mármol de 2,55 por 1,25 y 0,97 de
altura, considerado aquel en el que se depositaron sus restos. Allí
construyeron los posteriores altares de confesión.
En aquella
ocasión realizaron una gran ventana bajo el Altar Papal, para permitir a los
fieles ver la Tumba del Apóstol.
Anuncio de Benedicto XVI en el
Año Paulino
En el año 2009,
en las vísperas de la clausura del Año
Paulino, papa Benedicto XVI, dio una importante noticia al mundo
cristiano:
“Nos
encontramos reunidos junto a la tumba del Apóstol, cuyo sarcófago, conservado
bajo el altar papal, recientemente ha sido objeto de un esmerado análisis
científico: en el sarcófago, que nunca había sido abierto en muchos siglos, se
realizó una pequeñísima perforación para introducir una sonda especial,
mediante la cual se descubrieron rastros de un valioso tejido de lino teñido de
púrpura, laminado con oro coronario, y de un tejido de color azul con fibras de
lino.
También se
constató la presencia de granos de incienso rojo y de sustancias proteínicas y
calcáreas. Además, se comprobó que algunos fragmentos óseos muy pequeños,
sometidos al examen del carbono 14 por expertos que desconocían su procedencia,
pertenecían a una persona que vivió entre los siglos I y II. Eso parece
confirmar la tradición unánime y concorde, según la cual se trata de los restos
mortales del apóstol san Pablo.”
Es en la Basílica
de San Pablo Extramuros, la segunda basílica más grande de Roma después de la
de San Pietro, dónde hoy podemos venerar los restos del “Apóstol de los
gentiles”
Maria Paola Daud
Fuente:
Aleteia






