22 Domingo. Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado
de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán
congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros,
como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su
derecha y a los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá también a los de su
izquierda: ‘Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el
diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer,
sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve
desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron’.
Entonces ellos le responderán:
‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo
o encarcelado y no te asistimos?’ Y él les replicará: ‘Yo les aseguro que,
cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo
hicieron conmigo’. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida
eterna”.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
"Recuerdo que de niño,
cuando iba al catecismo, nos enseñaban cuatro cosas: la muerte, el juicio, el
infierno o la gloria. Después del juicio existen estas dos posibilidades.
-Pero, Padre, esto es para asustarnos…' - 'No, es la verdad. Porque si no
cuidas tu corazón, para que el Señor esté contigo y vives siempre alejado del
Señor, tal vez existe el riesgo, el grande peligro de permanecer alejado del
Señor para toda la eternidad'. ¡Y esto es algo muy horrible!" (Santa
Marta 22 de noviembre de 2016)