Así lo indicó el Santo Padre este 21 de noviembre día en que la Iglesia celebra la Jornada Pro Orantibus20
Así lo indicó el Santo Padre este 21 de noviembre, día en que la
Iglesia recuerda la memoria de la presentación de la Virgen María en el templo
y celebra la Jornada Pro
Orantibus, a través de un mensaje en su cuenta oficial de Twitter
@Pontifex_es.
La Jornada Pro
Orantibus se instituyó el 21 de noviembre de 1953 como
iniciativa del Papa Pío XII en la memoria litúrgica de la Presentación de María
al Templo. Es un día dedicado a todos los religiosos de clausura del mundo en
el que la Iglesia universal reconoce la importante labor de la vida
contemplativa y celebra la vocación religiosa con la comunidad de
enclaustradas.
Además, el Pontífice manifestó “el gran aprecio de la Iglesia por esta forma de vida”
en un mensaje enviado a la Congregación para los Institutos de la Vida
Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
En la misiva, el Santo Padre agradeció a “todos los
religiosos y religiosas que siguen a Cristo en la vida contemplativa, buscando
el rostro de Dios, y que participan a la misión de la Iglesia siendo el corazón
orante de ella”.
“¿Qué sería de la Iglesia sin la vida contemplativa? ¿Qué sería de
los miembros más débiles de la Iglesia que encuentran en ustedes un apoyo para
continuar el camino? ¿Qué sería de la Iglesia y del mundo sin los faros que
señalan el puerto a quien está perdido en alta mar, sin las antorchas que
iluminan la noche oscura que estamos cruzando, sin los centinelas que anuncian
el nuevo día cuando todavía es noche?”, preguntó el Papa en 2018.
En esta línea, el Santo Padre señaló que la Virgen María es “modelo de
contemplación” porque enseña a “buscar constantemente el
rostro de Dios y permanecer fieles a su misión de ser corazón orante de la
Iglesia”.
Por ello, el Pontífice rezó entonces para que las comunidades sean
“verdaderas escuelas de
contemplación y oración” porque “el mundo y la Iglesia
necesitan de ustedes”.
Asimismo, el Papa Francisco se reunió con más de 100 monjas de
clausura en un Monasterio carmelita durante su viaje a Madagascar en septiembre
de 2019.
Allí, el Santo Padre confió su especial devoción a Santa Teresita
del Niño Jesús (Santa Teresita de Lisieux) quien aseguró lo acompaña, y lo ha
acompañado, en cada paso de su vida.
El Papa advirtió sobre el peligro de la mundanidad que “no es una
monja de clausura, más bien, es una cabra que va por sus
caminos, que lleva afuera de la clausura”.
“Cuando te lleguen pensamientos de mundanidad, cierra la puerta
y piensa en los
pequeños actos de amor: estos salvan el mundo”.
En este sentido, el Papa invitó a tener valentía “de hacer los
pequeños pasos, la valentía de creer que, a través de mi pequeñez, Dios es
feliz y cumple la salvación el mundo”.
“Si tú quieres cambiar no solo el monasterio, no solo la vida
religiosa, cambiar y salvar con Jesús, salvar el mundo, comienza con estos pequeños actos de
amor, de renuncia a ti mismo, que encarcelan a Dios y lo traen
entre nosotros”, advirtió el Papa porque “el ejercicio de la caridad no va en
jubilación”.
Por Mercedes de la Torre
Fuente: ACI Prensa